Franco Armani, del lado de River, y Martín Campaña, del de Independiente, protagonizaron, hace quince días, actuaciones perfectas en Avellaneda, cuando fueron los responsables de que la ida por los cuartos de final de la Copa Libertadores terminase 0 a 0. Hoy volverán a enfrentarse por la revancha en Núñez, el partido a todo o nada. Más allá de la potencia arrolladora de la delantera Millonaria y la menos efectiva pero de todos modos peligrosa de los Rojos, ambos arqueros serán incidentales en el resultado. Es justamente ése un puesto en el que históricamente se destacaron y enfrentaron River e Independiente.

Repasamos. Vamos al verano del ‘79. Se juega la final del Nacional del ‘78, postergada por la disputa del Mundial. En River brilla Ubaldo Matildo Fillol, tal vez el mejor arquero de la historia argentina. En Independiente el titular es Héctor Rodolfo Baley, conocido como Chocolate y suplente del Pato en el seleccionado campeón del mundo dirigido por Menotti, en el invierno anterior. Dos equipazos que juegan la ida en Núñez (0 a 0) y la revancha en Avellaneda. Esa noche –10 de enero–, Ricardo Bochini está inspirado: hace los goles en el 2 a 0 nada menos que a Fillol. El Rojo es campeón pero nadie duda de lo bien cuidados que estuvieron ambos arcos. Baley se atajó todo en la ida y en la vuelta brillaron los dos. Pero, claro, Independiente tenía al mejor Bochini.

Desde 1986 la Selección vuelve a tener arqueros de River e Independiente. Nery Pumpido es el titular en el año en que ganará todo con los de Núñez: Copa Libertadores, Copa Intercontinental. Su suplente en el seleccionado es Luis Islas, que acaba de firmar contrato para pasar de Estudiantes de La Plata a Independiente tras México ‘86. Hasta el ‘90 ambos seguirán en el equipo nacional de Bilardo. Luis Islas se pelea con el director técnico Jorge Solari y se va del Rojo, pero se mantiene como segundo de Pumpido. Llega el Mundial de Italia pero Islas se baja porque no quiere ser suplente. Considera que por sus actuaciones merece la titularidad. Pero el técnico mantiene a Pumpido, quien se lesiona y queda fuera del Mundial. Sergio Goycochea ocupa su lugar y se afirma en el puesto hasta la final, que Argentina pierde con Alemania. Islas se quedó sin su oportunidad. Se tomaría revancha en Estados Unidos ‘94, cuando Alfio Basile lo puso de titular.

Más allá en la historia

Arsenio López reemplazó a Sebastián Sirni en los años 30. Atajó apenas 15 partidos en 1937 pero le alcanzó para ser el referente del arco en buenos tiempos de River: Ferreyra, Moreno, Pedernera y Peucelle, entre otros. Es la previa de La Máquina. En Independiente ataja un histórico del club, Fernando Bello. Es también recordado como gran arquero de la historia argentina. Campeón con el Rojo en los torneos de 1938 y 1939, fue una pieza fundamental fuera de la cancha por su perfil gremialista en favor de los jugadores. Desde 1948 fue secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados. Sus compañeros de equipo en el ‘37 eran nada menos que De la Mata, Erico y Sastre. Historia de la grande. El quiebre para que River fuese campeón del torneo del ‘37 se produjo en la 24ta. fecha, en Avellaneda, cuando le ganó a los Rojos 4 a 3 en un partidazo.

En 1948 Independiente fue campeón con 41 puntos sobre los 37 de River, el subcampeón. Osvaldo Simonetti era una de las figuras rojas: desde 1942 a 1953 atajó en 190 partidos y sucedió al histórico Fernando Bello. Era muy querido en Avellaneda por su condición de hincha. Del lado de River está el inolvidable Amadeo Carrizo, el hombre que defendió el arco riverplatense como titular desde el ‘48 al ‘68, cuando se retiró con 42 años y 521 partidos. Había debutado en el ‘45, justamente ante Independiente, con un triunfo de River 2 a 1. En la 25ta. del torneo ‘48 River recibió a Independiente. Los locales ganaban 3 a 1 pero los Rojos reaccionaron y se llevaron la victoria por 4 a 3. A la fecha siguiente se suspendió el campeonato por cuestiones gremiales. Fue el torneo que se reinició con planteles juveniles. Las recaudaciones bajaron considerablemente. Muchas figuras se fueron a jugar a otros países. Se suspendieron los descensos. Racing, al que cronistas de época consideran el mejor equipo, perdió ritmo. E Independiente arrasó y se llevó el título.

Carrizo, dicen, fue el reinventor del puesto. Cambió todo. Pero su seguridad técnica no fue la misma en lo anímico. Aún se lo recuerda por su falta de carácter en partidos importantes. Sobre todo con Boca. Los hinchas boquenses y los de Racing eran los que más lo atacaban. Los de Boca por la rivalidad, pero los de Racing por sus declaraciones. Como por ejemplo, cuando Racing venció a River 1 a 0 en 1949 y se consagró campeón, Carrizo dijo que habían perdido con un equipo de potrero. Nunca pudo despegarse del desastre de Suecia, en 1958. Pero si se lo analiza con objetividad, se ganó un merecidísimo lugar en la élite del puesto.

Hasta fines de los 70 el arco de River será, entonces, del gran Amadeo contra los demás arqueros de Independiente. A Carrizo lo acompañan Walter Gómez, Oscar Sívori, Omar Labruna y Loustau. En esa época, uno de los grandes del arco Rojo fue Julio Cozzi, quien atajó 73 partidos del ‘56 al ‘58. Aunque tenía más bajo perfil que el histórico de River, hay quienes consideran a Cozzi como uno de los mejores de todos los tiempos. Amadeo y él marcaban, también, un enfrentamiento de estilos. Cozzi se atajaba todo bajo los palos y era genial para cortar centros y armar contraataques. Fue parte del éxodo argentino del ‘48 a Colombia, cuando se incorporó a Millonarios. Los colombianos llegaron a considerarlo “arquero del siglo”. Hasta hizo un gol de penal a pedido de sus compañeros de equipo. 

En los tiempos de Carrizo, Independiente también tuvo buenos arqueros. Entre ellos, Osvaldo Toriani y el gran Miguel Angel Santoro. Pepé se aferró al puesto desde el ‘64. Pero Carrizo tuvo además un rival en el propio plantel: Hugo Gatti, quien fue su suplente desde el ‘64 al ‘68, cuando se fue a Gimnasia y Esgrima La Plata cuestionado por los hinchas de River que no aguantaron sus declaraciones altisonantes, muchas veces en contra del ídolo del puesto, Amadeo Carrizo.

José Alberto Pérez (Perico) fue el arquero de River en la era post-Carrizo. Atajó hasta el ‘74, cuando pasó a Independiente. Un antecesor de Goycochea en el difícil oficio de atajar penales. Se lo recuerda entre otras características por tapar 14 tiros del ‘71 al ‘73. Desde ese momento alternó el puesto con Fillol, quien a partir de 1975 fue el titular indiscutido por decisión del director técnico Omar Labruna. 

Fillol y Santoro, vale aclarar, también compartieron Selección: en el Mundial del 74 Daniel Carnevali era el titular, Santoro el segundo y Fillol el tercero. El técnico del seleccionado, Vladisclao Cap, le ofreció la titularidad a Santoro cuando el equipo ya no tenía chances. Pepé no aceptó y así se produjo el debut del Pato en el equipo nacional.

La historia de los arqueros de River e Independiente continúa, entonces, con la de Fillol y Baley y llega hasta la de Armani y Campaña. Todos los mencionados se ganaron un lugar importante en el fútbol argentino. Y lo consiguieron a fuerza de evitar lo más preciado: el grito de gol.