“Una vez que se asigna la persona, el contacto es entre partes. Es parecido a Uber. Pero tenemos una garantía de satisfacción: si al cliente no le gusta la persona, en el primer mes puede solicitar el cambio hasta cinco veces”, explica Vera Sánchez, licenciada en Relaciones Internacionales de la UBA y cocreadora de la plataforma.

–¿Y después de ese mes ya no intervienen?

–Del primer momento el acuerdo es entre el empleador y la zolver. Si después del mes no logramos asignarte el perfil buscado, devolvemos la reserva. Zolvers no es empleador de las mujeres. Lo que tenemos es Zolvers Pagos, otra unidad de negocios que formaliza las relaciones entre cliente y empleada. Podemos debitar el sueldo de la empleada de una cuenta que el cliente nos diga y se lo depositamos. El trabajo en blanco cuesta más plata al empleador. Acá se abre la discusión de qué hacer con los costos laborales. Pero para las empleadas domésticas el aporte es bajo.

–¿De dónde obtiene su ganancia Zolvers Pagos?

–El servicio se cobra, es bajo. Nos retroalimenta poder incluir financieramente a las empleadas.

–Además de Zolvers Pagos, ¿de dónde obtiene su ganancia Zolvers?

–Para que Zolvers active tu pedido pagás una reserva, que es un porcentaje del valor de ese trabajo, entre el 25 y el 30 por ciento. El primer mes la empleada cobra el valor establecido por ley. Por otro lado, hay un sistema de puntaje que se aplica sobre la reputación de cada una.