En la recta final rumbo a las elecciones, el Gobierno de Javier Milei manifestó su intención de avanzar, en una segunda fase de su Gobierno, con una reforma laboral regresiva que, según ellos, haría aumentar el empleo en el país.

Dentro de las pocas propuestas que ya salieron a la luz está la idea de avanzar con un proyecto de “paritarias por mérito”. El objetivo, explicaron, es que los empleadores “paguen más” a los trabajadores que se “diferencien y destaquen”. Así lo expresó el secretario de Trabajo, Julio Cordero, al exponer en la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados.

Sin embargo, escéptico sobre esta mirada, el abogado laboralista Gustavo Ciampa, asesor de la comisión de Legislación del Trabajo en la Cámara de Diputados, explicó que el verdadero objetivo es el opuesto: habilitar la baja de salarios.

“Eso no existe. Atrás de eso quieren tener la posibilidad de bajar salarios. Porque no hay impedimento para que crezcan todos los días”, advirtió.

“Esto ya se intentó en Argentina. En 1991 hubo un decreto de (Domingo) Cavallo que permitía aumentos si solo se demostraba aumento de productividad. Y en 1993 permitía y promovía que se pacten módulos particulares, que eran incrementos salariales que podrían ser suprimidos después”, dijo.

Y añadió: “La legislación argentina permite premiar por mérito. Pero implica que el salario está dirigida a satisfacer todas las necesidades. Arriba de eso, si hay mérito, se puede premiar. Pero no se puede castigar”.

Así que, sobre el proyecto, dijo: “Hay un trasfondo perverso en la idea de salario por mérito. Lo que buscan es reducir salarios. Ya pasó en Argentina. No se genera empleo porque la política económica lo destruye. Los convenios colectivos no tienen por finalidad generar empleo. Lo que hacen es preservas la dignidad de las personas que trabajan. 

La reforma laboral 

El Gobierno busca incluir el concepto de "salarios dinámicos" en la reforma laboral. Así, pretenden modifica rel sistema de paritarias y convenios colectivos, impulsando aumentos en función de la productividad de cada sector o empresa, y dejando atrás los incrementos automáticos ligados a la inflación.

Así, los montos fijados por convenio dejarían de ser pisos mínimos y se transformarían en techos de referencia, permitiendo que cada empleador acuerde condiciones propias con sus trabajadores, y deslegitimando el histórico rol de lucha de los sindicatos. 

Según la Secretaría de Trabajo, el objetivo es dar flexibilidad a las negociaciones, adaptar los sueldos a la realidad económica de cada actividad y mejorar la competitividad sin eliminar la negociación colectiva.