El ajuste y las reformas exigidas desde el Fondo Monetario Internacional están en marcha, pero los cambios en las condiciones del financiamiento prometido todavía no fueron autorizados. El programa anunciado hace quince días todavía debe ser validado por el Directorio del FMI. “Nuestra expectativa es que el directorio se reúna antes de fin de mes”, señaló ayer Nick Chalk, subdirector del departamento del Hemisferio Occidental del organismo multilateral, en la isla de Bali donde se celebran las reuniones anuales del Fondo. 

El reglamento interno indica que los directivos de la entidad disponen de dos semanas para evaluar el análisis realizado por el staff, pero en el caso del Stand-By argentino se tomarán un mes. Como anticipó PáginaI12 a fines del mes pasado, la votación recién tendrá lugar el viernes 26 de octubre. La expectativa oficial es que entonces se habilite el segundo desembolso del crédito por una suma cercana a los 6500 millones de dólares. El cronograma y la magnitud de los siguientes tramos del acuerdo no están definidos.

La máxima autoridad del FMI, Christine Lagarde, anunció los nuevos términos del programa con el país el 26 de septiembre desde la embajada argentina en Washington. Los directivos del organismo recibieron entonces la propuesta comprometida por el gobierno de Mauricio Macri. Las bandas para la flotación del dólar comenzaron a funcionar y se aceleraron las negociaciones para aprobar el proyecto de Presupuesto 2019, pero el FMI no avanzó. 

“Siempre hay un corto período entre que se anuncia el acuerdo técnico, se preparan los papeles y se reúne el directorio”, consideró Chalk al ser consultado sobre las demoras durante una conferencia de prensa donde se presentó el Panorama Económico Regional para las Américas. El período previsto para analizar en el Directorio del Fondo los cambios que refirió Chalk se cumplió esta semana. Pero la superposición con las reuniones anuales del FMI, que este año se realizaron en Indonesia,  obligaron a postergar la votación hasta finales de octubre. Desde el Palacio de Hacienda apuestan al viernes 26 de octubre, aunque no descartan que se aborde antes.  

“Una agudización de la tensión financiera en Argentina podría provocar un aumento de la aversión al riesgo y reversiones de los flujos de capital en las economías financieramente integradas de la región”, advierte el documento del FMI distribuido por Chalk en Bali, que también advierte sobre los “riesgos políticos” asociados a las elecciones presidenciales de 2019 (ver nota aparte). Para conseguir una pequeña ampliación del monto total del crédito de 50.000 a 57.100 millones de dólares y anticipar el cronograma de desembolsos, el programa diseñado por el FMI no solo profundiza el ajuste del gasto para 2019 sino que establece además una drástica política para disciplinar los precios y contener las presiones cambiarias mediante la inducción de una contracción en la demanda interna. 

“En Argentina ahora se prevé que la economía se contraiga este año y el próximo, debido a los trastornos recientes en el mercado financiero, el alto nivel de las tasas de interés reales y la consolidación fiscal más acelerada en el marco del programa de las autoridades, respaldado por un acuerdo Stand-By de acceso excepcional suscrito con el FMI”, reconoce el panorama regional del organismo. El desembolso inicial bajo el cronograma revisado rondará los 6500 millones de dólares. Llegaría a fines de octubre tras la aprobación formal del acuerdo. Un segundo tramo similar se habilitaría en diciembre. Con ese esquema, el próximo año contabilizará desembolsos por alrededor de 22.800 millones de dólares.