El técnico informático Diego Lagomarsino, el hombre que le prestó a Alberto Nisman el arma que terminó con su vida, afirmó que la jueza federal Sandra Arroyo Salgado “constantemente le miente a la población” aunque dijo desconocer los motivos. El ex empleado de la UFI AMIA a quien Nisman le retenía la mitad del sueldo calificó como “una locura sin pruebas” la hipótesis de la ex pareja de Nisman sobre su participación en un plan para matarlo, confesó estar “aterrado” y advirtió: “si yo dejara de existir hoy el camino sería mucho más fácil, más sencillo (porque) no habría oposición de nada”.

“Es una locura sin pruebas”, dijo Lagomarsino durante una entrevista televisiva en referencia a la hipótesis impulsada por Arroyo Salgado sobre su participación en un complot para matar a Nisman. “Es un juez federal, no cualquier persona, no puede decirlo”, se indignó. Recordó notas sobre el colegio al que van sus hijos y afirmó que “es tremendo”. “Metete conmigo pero no te metas con mi familia”, razonó en alusión a Arroyo. Recordó la relación cercana que tenía con la jueza y sus hipótesis iniciales: “Primero dijo que era un crimen económico. Al principio de la causa dijo que había tomado pastillas, pensó que se había suicidado con pastillas”, apuntó.

“¿Por qué tengo que salir a decir todo esto? Esto no debió ocurrir si ella dijera la verdad. ¿Tengo chances de quedarme en mi casa con mis hijos viendo lo que está pasando afuera?”, se preguntó. Al comienzo de la investigación “me dijeron algo que yo no creía: que Arroyo me iba a defender porque me conoce”. “Después fue cambiando la situación, dije ‘no va a tener tanto poder como dicen’. Ahora estoy aterrado”, confesó.

–¿Lo afecta como para llegar a situaciones extremas? –le preguntó Víctor Hugo Morales.

–No lo sé. Si yo dejara de existir hoy el camino sería mucho más fácil, más sencillo, no habría oposición de nada. La gran oposición viene del lado de la defensa, que busca la verdad –remarcó.

“Para Arroyo maté a un tipo, o participé en un plan” para matarlo, recordó, y agregó que “tengo gastos por todos lados”. “¿A cambio de qué?”, preguntó. “Me acusan de decir mentiras y la que miente es ella. ¿Cómo me voy a sentar con una persona que miente?”, respondió cuando le preguntaron si se sentaría a hablar con Arroyo Salgado. “¿Te parece que una defensa busque la verdad y la querella todo lo contrario? Es inaudito”, razonó. “Díganme qué gané siendo parte de esto. Nadie respondió eso. Sandra explicame, ¿qué gané?”, le preguntó como si estuviera presente. “Está claro que Alberto me mintió, por supuesto, como lo venía haciendo en los últimos días, a ella incluso. Ella tuvo la suerte de poder hablar con la mamá de Alberto y confirmar que le mentía, no tiene ninguna duda que le mintió. Pero ¿por qué tiene que pensar que yo miento?”, se preguntó.

–¿Qué piensa que pasó con Nisman? –le preguntaron.

–No lo sé –respondió– Da todo suicidio, si inducido o no, no lo sé. También pudo ser un homicidio bien armado.

–¿Cómo fantasea salir de este infierno? Hay fiscales que van por usted –le advirtió Morales.

–¿Poniéndome a mí en este papel van a lograr justicia? Cualquier mamarracho menos justicia– respondió.

–Están en un punto sin retorno –razonó el periodista, y sugirió que “lo van a dejar en una nebulosa para siempre”.

–Eso creo, que la mitad de la gente va a creer una cosa y la mitad otra.

–¿Por qué miente Arroyo? –preguntaron.

–No tengo la menor idea. No lo sé.