El Kadish es uno de los rezos de la religión judía que hacen los varones en memoria de los muertos. Papushkas, es el Kadish que Melisa Freund hace a su padre, sobreviviente del Holocausto, siendo mujer. Una ceremonia de despedida. Un homenaje a las ausencias. Se trata de una docu-ficción dividida en episodios que narran la vida de un padre y la relación con su hija. 

“Esta obra es un punto de vista, es un recorte como cualquier documental, pero que no deja nunca de ser una ficción.” Freund, que hace de sí misma para evocar a su padre muerto, es la autora de la obra y la dirige en colaboración con Analía Mayta. Julio Marticorena, que encarna el rol del padre, protagonizó, además, la obra Infancia y exilio que Juan Freund escribió sobre su propia vida. De esta manera, comienza a construirse Papushkas, en donde ficción y realidad se confunden como si fueran una muñeca rusa. 

“Empecé a pensar la obra hace cuatro, cinco años atrás, porque tuve la necesidad de representar la vida y la historia de mi papá. Después de su muerte en mayo del año pasado decidí que eso lo tenía que hacer. Y la obra que había pensado se resignificó porque ya no era sólo la vida, sino la vida y la muerte de él, y eso la volvió mucho más poderosa y singular”.

El proyecto consiste en una obra documental que pone en cuestión permanentemente los límites de la ficción. “En Papushkas yo estoy constantemente rompiendo la cuarta pared, esa pared imaginaria que separa a los personajes del público. Analía y yo jugamos con un teatro más ligado al teatro de presentación, a lo brechtiano, que no busca poner un artificio, sino que mira al público para provocar un distanciamiento emocional y que el espectador pueda reflexionar críticamente sobre la obra”.

En una obra que recorre la vida de quien formó parte de la última generación de sobrevivientes del exterminio nazi, el tema de la memoria y la identidad, fragmentada por la guerra, inevitablemente atraviesa su homenaje y reconstrucción.

“Yo pienso a la obra como algo que necesité hacer artísticamente porque vinculo lo artístico con lo personal, siempre. Creo que terminó siendo un homenaje, pero un homenaje a todos lo que no están de alguna manera. Sí, es mi homenaje. Es mi propio Kadish.  Soy mujer, yo hago esta obra como homenaje. Es una historia individual, es un homenaje, un duelo, pero también estamos hablando de la peor atrocidad mundial, que es la persecución de las personas durante el nazismo. Un fenómeno mundial muy viejo pero que sigue atravesando a todas las generaciones”.

* Papushkas puede verse los sábados a las 19 en La Pausa Teatral, Av. Corrientes 4521.

Entrevista: Josefina Frega.