En esta Argentina en la que los negocios de los poderosos están al orden del día, se conoció ayer por boca del presidente Mauricio Macri lo que se venía anunciando a media voz, desde el comienzo de los Juegos Olímpicos de la Juventud: que el Cenard será mudado a las instalaciones de la Villa Olímpica de Soldati, sede principal del evento que reunió a 4500 deportistas de 206 países. “Tenemos que estar listos para mudarnos a esas instalaciones, va a ser algo maravilloso para el sur de la ciudad y para el futuro del deporte”, sostuvo el mandatario frente a los deportistas olímpicos que recibió en la Quinta de Olivos, y que obtuvieron 25 medallas en los YOG para ubicar a la Argentina en la quinta posición del medallero.

Si se esperaba un anuncio más formal sobre el traslado del Cenard, no ocurrió. Lo mismo pasó la semana pasada cuando el Presidente le informó a un periodista durante su visita a la Villa Olímpica quién sería el próximo secretario de Deportes de la Nación, el empresario Diógenes de Urquiza. Está claro que decisión política del traslado está tomada, aunque sin haber intentado consensuar la idea con los deportistas de alto rendimiento.

Al pasar, rápido, como entre dientes, Macri blanqueó la intención y el acuerdo entre la Nación y la CABA. Justamente, del acto de ayer participó el jefe de Gobierno Porteño, Horacio Rodríguez Larreta; además, el presidente del comité organizador de los Juegos de la Juventud y del COA, Gerardo Werthein. 

Rodríguez Larreta tiene mucho que ver en la construcción de las instalaciones de la Villa Olímpica, ya que fue el Gobierno de la Ciudad el que aportó el dinero para las diferentes obras, que cederá a la Nación para que los deportistas de alto rendimiento puedan entrenarse en el flamante predio del Sur. A cambio, el jefe de Gobierno porteño recibirá el control del predio donde está emplazado el Cenard, terrenos que, se sabe, tienen un elevado valor por su ubicación privilegiada en pleno corazón del barrio de Núñez.

En su mensaje a los deportistas, el presidente reconoció el frente de tormenta que atraviesa su gobierno. “Me imagino que no han dejado de percibir unos meses muy difíciles, que nos tocó vivir, meses complicados que nos han hecho reflexionar si de verdad vamos a producir un cambio”, admitió. Luego habló del deporte olímpico, que “también sufrió la inestabilidad de la Argentina”. 

Por último, Macri festejó la buena imagen de Buenos Aires que se llevaron los dirigentes del COI, con el alemán Thomas Bach a la cabeza, y se mostró entusiasmado con la posibilidad de que la ciudad de Ushuaia pueda organizar los Juegos Olímpicos de Invierno del 2024. “Ahora está el sueño de Ushuaia, para más adelante otros sueños”, comentó.