La diseñadora gráfica e ilustradora Laura Varsky es dueña de trazos póeticos que aplica tanto al diseño de estampas para marcas del circuito indie como a un catálogo propio de serigrafías, una línea de cuadernos, cartucheras y  mochilas de producción industrial de la firma Arte, una colección de vajilla producida por una cooperativa y portadas e interiores de libros. Entre su galería de influencias destaca “el art noveau, el arts and crafts, todo lo caprichoso y  exagerado que se sitúa muy lejos del minimalismo y del racionalismo. Por otro lado, el legado de mi abuela rusa, a través de quien me acerqué a los cuentos rusos infantiles, los chales bordados, las muñequitas, el folklore de su país”. 

Con estudios de diseño gráfico en la UBA, pertenece a la generación que comenzó a estudiar cuando irrumpió lo digital y que unos años más tarde encaró una revalorización del gesto manual. Luego de especializarse en diseño de portadas y en dirección de arte para bandas de rock (tiene un extenso portfolio que va de Arbol a Bajo Fondo, Catupecu Machu, Sima, León Gieco, Marco Sanguinetti, Man Ray y  El café de los maestros, entre otrxs), en 2003 se acercó a la ilustración: “recién empezaban las redes sociales y subí a flickr algunos dibujos para que los vieran mis amigos y los primeros pedidos de ilustraciones surgieron de ahí. Siempre interpreté al diseño grafico como una manera de generar un lenguaje gráfico para otros: con la ilustración generé un lenguaje propio”. 

Cautivada por las premisas de  William Morris de llevar su estética a todos los objetos, de la arquitectura a una peineta  y en un ejercicio de estilo que va de lo mini a lo macro, Laura Varsky no se detiene en lo decorativo. Junto a su pareja, el ilustrador Christian Montenegro y al músico e historiador Gabo Ferro trabajó durante cuatro años en el libro “200 años de Monstruos y Maravillas Argentinas” que editó Beatriz Viterbo. En ese proceso ahondó en la historia argentina y a fines de 2016 fue la curadora del ciclo “Museos Mutantes”, que en el Museo Histórico Nacional exhibió versiones libres de la bandera argentina trazadas por diez diseñadores gráficos. También en noviembre de 2016 participó de una muestra en contra de la violencia de género con sus dibujos desde una estación de Metro de México en el contexto de una exposición colectiva de Amnistía Internacional.

¿Cómo fue el paso de tus labores aplicadas a la estampas para moda?

–Desde niña hice figurines y en la edición 2013 de Mica realizada en Tecnópolis me había vestido con los diseños de Skunkfunk, una marca del País Vasco que había conseguido en una tienda multimarca de Chile. Allí se acercó a hablarme el diseñador y dueño de esa marca; de ese encuentro y luego de ver mi trabajo surgió una colaboración para Skunkfunk. Ellos compran estampas a ilustradores de todo el mundo: entre el invierno 2014 y el verano 2015 hice tres colecciones consecutivas y el proceso para cada una fue distinto. Para la primera usé ilustraciones que ya tenía y las adapté a las prendas, en la segunda me basé en haikus y para la tercera ellos me dieron los disparadores vinculados con geometrías y yo diseñé desde los moldes. La de Skunkfunk es ropa con muchos detalles para uso diario y le ponen corazón al concepto. En los ciclos de diseño de los que suelo participar con workshops abordó las estampas. En “Disonante”, realizado  en octubre de 2016 en la Nave Cultural de Mendoza, dicté el seminario “Tramando estampas”,  con claves para generar   un diseño continuo tanto digital como manualmente. Allí sucedió  algo mágico al entender la dinámica y fue que la ilustración se apoderó del espacio. En otras ocasiones y junto a la ilustradora Jimena Anastasio damos el taller “Fina Estampa” donde predominan tips para ilustrar el textil junto a conceptos básicos de moldería. 

¿Cómo aplicás tu lápiz digital, ese que  parece haber reemplazado al plumín, para la línea de cerámicas de Amazonas?

–Cuando me llamaron de Amazonas, una marca que cuida los procesos de producción y que suele convocar a ilustradoras nacionales para las piezas que desarrolla en una cooperativa elegí como temática a la mujer, tomé conceptos supuestamente masculinos en la mujer y escribí el manifiesto: “Soy  agresiva - Soy competitiva - Soy fuerte - Soy violenta - Soy controladora - Soy protectora - Soy estable - Soy lógica - Soy racional - Soy independiente - Soy autosuficiente - Soy valiente - Soy corajuda - Soy dominante - Soy poderosa - Soy Todopoderosa”.

Más info: lauravarsky.com.ar