Hasta 300 chaquetas, tailleurs, vestidos y accesorios varios, entre otras codiciadas piezas de colección, habrá de subastar Catherine Deneuve el año próximo cuando se desprenda definitivamente, inesperadamente, de cantidad de prendas: todas y cada una, antaño confeccionadas especialmente para ella por el rompedor couturier Yves Saint Laurent, de quien fue musa y amiga cercana desde sus tiernos 20 hasta la muerte del diseñador en 2008. “Mi más bella historia de amor ha sido contigo”, le declaró la actriz al genial modisto que la vistió durante décadas (cuando conoció a la reina de Inglaterra, cuando promocionó Les Demoiselles de Rochefort, también en icónicas películas: la más sonada, Belle de jour). “Estas son algunas de las creaciones de un hombre talentosísimo que solo quiso acentuar la belleza de la mujer”, fueron las palabras por Catherine pronunciadas al anunciar el vaciamiento de su closet; al menos, uno de ellos: porque ha tomado la decisión tras vender una casa en Normandía (de placares amplios, evidentemente) donde guardaba la susodicha ropa. Ropa que se subastará en enero de 2019, durante la semana de la alta costura en París, cuando muchos compradores internacionales se hagan presentes en los salones de Christie’s para adquirir las 150 piezas del catálogo; las otras 150 estarán disponibles solo vía Internet. Así, quienes gocen de abultada billetera, podrán abonar los varios miles de dólares y adquirir genuinas joyas: un vestido corto con flecos bordados con perlas, del 69, que Deneuve vistió en una reunión del mismo año con Alfred Hitchcock; un tuxedo negro, corbata incluida, que lució en la celebración de las dos décadas de la casa Saint Laurent, en 1982; o el vestido largo de seda azul, colección otoño-invierno 1997, que llevó en la fiesta clausura del festival de Cannes de ese año. En fin, pedacitos de historia de la moda y el cine, al mejor postor.