El viernes pasado fue inaugurado en el Salón de Actos de la Escuela de Música de la Facultad de Humanidades y Artes (UNR), el Estudio de Migración y Preservación “Jorge Rapp”. Inauguración que responde a una necesidad fundamental: el resguardo de la memoria sonora de la comunidad. “Es un anhelo que surgió hace algunos años y que es muy movilizador. Por un lado te lleva a aplicar un tipo de trabajo que es muy importante, y por el otro tiene una connotación cultural que lo hace trascendente, nos tiene muy entusiasmados. Y sobre todo, porque es un trabajo realizado desde el marco de la Universidad pública”, le dice el músico y profesor Gabriel Data a Rosario/12.

Junto a Pablo Miechi y Guillermo Jardón, Data es uno de los impulsores del proyecto, que tuvo decisión y acción primera en la directora Adriana Notta. “De alguna manera organizamos en un espacio todo un equipamiento que ya estaba en la Escuela. El impulsor técnico fue Pablo Miechi, y se sumaron donaciones de profesores. Fue fundamental, en ese sentido, la donación que Judith Akoschky hizo por deseo de su marido, Jorge Rapp (de quien el estudio toma su nombre), un compositor de Buenos Aires muy trascendente, que tuvo con nosotros una relación muy cariñosa y profesional. Él decidió que sus equipos, sus compañeros de ruta de toda la vida, vinieran a Rosario. Así se creó la parte del equipamiento, junto con un espacio en la videoteca que fue tratado acústicamente. El trabajo va a estar fundamentalmente a cargo de Miechi y Jardón, junto al trabajo que realizan allí los alumnos más avanzados de la carrera de Tecnologías Aplicadas al Arte Sonoro”, agrega Data.

-- ¿Cuáles son los primeros pasos a seguir?

-- Fundamentalmente, recuperar las grabaciones que puedan estar en la videoteca de la escuela, ése sería nuestro primer paso. Hay un montón de grabaciones que son invaluables, de las que no se consiguen nuevas ediciones. Si se une que los soportes necesitan de reproductores que pueden estar en vía de desaparición, preservar todo ese material es una tarea importantísima. Pero no sólo en cuanto a lo musical, sino en cuanto a la parte sonora en general. Este trabajo tiene una extensión enorme en todo el campo del sonido; por ejemplo, el entorno sonoro de una ciudad es factible de ser preservado y almacenado, porque se trata del acervo cultural. Todos tenemos en la memoria algún sonido que ya no existe. El sonido tiene una característica fundamental: es efímero. La única manera de preservarlo es mediante un registro sonoro, en la medida en que ese registro necesite un soporte cuyo reproductor desaparece, el registro pierde vigencia. Imagino la cantidad de lenguas que se han perdido y podrían haber sido registradas. Algunas lo fueron, me viene a la memoria el trabajo de la Fonoteca de Ciencias y Artes de Austria, que grabó el lenguaje sánscrito. La transmisión de lo sonoro a las generaciones siguientes siempre fue por vía oral o escrita, pero el sonido como tal no se podía transmitir desde una partitura: allí no está el sonido del estreno de una sinfonía de Mozart. Desde que apareció el registro sonoro, lo que se transmite a las generaciones futuras es el sonido mismo. Allí hay un montón de cosas, que tienen que ver con el entorno sonoro. Y el entorno sonoro ha cambiado. Uno tal vez no se da cuenta, pero hay sonidos que ya desaparecieron.

-- Estar aislados en auriculares alteró también el registro que uno hace de los sonidos de la ciudad.

-- Soy medio enemigo del auricular, porque nos aislamos y nos aislamos de todo, no sólo del entorno sonoro. Y no somos conscientes de que nosotros también somos hacedores del entorno sonoro.

-- Seguramente existan muchos registros dispersos en colecciones particulares o simplemente almacenados sin cuidado.

-- Hace poco se acercó Diego Pasqualis con unas cintas que había encontrado, con grabaciones que se habían hecho de Tierra de Nadie, un grupo que él tenía con su hermano Pablo (junto a Juan Carlos Mazzetti y Hugo Patris). Ese grupo no sacó nunca un disco, no era fácil entonces, y Diego lo quería pasar a CD. Así que lo integramos como parte de nuestro trabajo. Ahí hay un caso concreto de alguien que tiene algo invaluable, que lo puede rescatar de otra manera y que forma parte del acervo sonoro y cultural de la ciudad. Se trata de un grupo que tuvo una actividad relevante en la ciudad durante las décadas del ‘70 y ‘80. Por otra parte, es muy importante el rescate del patrimonio de la editorial discográfica de la Universidad Nacional del Litoral, la primera del país nacida desde la Universidad pública. Funcionó siempre en la Escuela de Música, entre el ‘65 y ‘73 aproximadamente. En ese momento, la Escuela era parte de la UNL, la UNR se crea en 1968. Fue allí cuando esa editorial pasó a formar parte de nuestra Universidad. Se editaron más de 20 discos. El catálogo nunca apareció, pero están los discos. Como un síntoma de cómo nos comportamos, estaban tirados en una pieza, totalmente fuera de cuidado. Los masters ya no existen, se grabaron en Buenos Aires. Hubo un trabajo primario, que fue el origen funcional y profesional de esto, realizado junto a la Universidad Nacional de Lanús. Se rescataron y preservaron nueve títulos de ese catálogo. Ese trabajo, unido a la donación y organización de los equipos, dieron marco a la creación del estudio.

-- ¿Se prevé algún objetivo posterior?

-- La idea de conservar todo este material, iría unido al acceso público, una práctica bastante común, sobre todo en el exterior, y realizada por instituciones gubernamentales. La más importante de Latinoamérica es la Fonoteca Nacional de México, donde se guardan hasta el sonido de las novelas y los programas de radio. Es algo enorme, pero en chiquitito se puede hacer también. Hay que reconocer una comunidad: una escuela lo es, una universidad lo es, una ciudad lo es. Son distintos grados. Y la circulación tiene un impacto mayor en la cultura, ya que aporta a cuestiones creativas: uno podría disponer de cierto número de grabaciones, de circulación pública, sin estar sujetas a derechos de autor. Tenemos que tomar consciencia de lo que es el entorno sonoro, porque se trata de algo mucho más amplio que lo que suponemos.