En Mar de Plata, ayer se realizó una de las dos fiestas electrónicas cuya realización autorizó el intendente Carlos Arroyo, nuevamente como excepción, a pesar de que el 10 de enero había advertido: “no voy a autorizar ninguna, pero no están prohibidas”. Los permisos para la fiesta del Parador Destino Arena (que se celebró ayer) y la del parador Mute, que tendrá lugar hoy, fueron concedidos a condición de que en cada uno de los eventos la concurrencia no fuera superior a las 16 mil personas.

Arroyo exigió, además, que los organizadores provean un puesto médico interno en cada evento, que tendrá para el caso de la fiesta de Mute deberá estar integrado por tres médicos especialistas en traumas y seis enfermeros con el título de licenciado en enfermería; mientras que para Destino Arena los enfermeros debían ser tres. Además, los responsables de los paradores tienen la obligación de suministrar botiquines e insumos (suero, tres camillas, desfibrilador, elementos para hidratación, laringoscopio con tubo, entre otros) que cumplan las condiciones exigidas por la Secretaría de Salud. También deberán garantizar la presencia de una ambulancia cada 4000 asistentes al evento; cada una deberá estar equipada con tubos de oxígeno con conectores y máscaras.

La autorización de Arroyo también estipuló que durante todo el evento, en la puerta de acceso, debe estar exhibido el contador de ingreso de personas para limitar cupo, que tras el fin de una presentación artística y el comienzo de otra debe proyectarse un video que explicite las medidas antidrogas y de seguridad, y que, a partir de las 4.30 de la madrugada, queda prohibido el expendio de bebidas alcohólicas.

La semana pasada, el intendente había autorizado la realización de fiestas electrónicas en los mismos dos paradores. En ambos casos, dijo Arroyo entonces, se trataba de autorizaciones “que ya estaban solicitadas” previamente.