Nueva York consagró ayer la victoria de una legisladora demócrata, joven y latina: Alexandria Ocasio-Cortez. “Estoy tan agradecida de cada persona que contribuyó y trabajó para fortalecer este movimiento. No olvidemos el gran trabajo que nos trajo hasta acá” tuiteó quien se convierte en la   legisladora más joven elegida par el Congreso. La dirigente progresista de 28 años que nació en el Bronx y conquistó gran parte de los votos en una ardua campaña a pie por las calles de Nueva York, es una de las caras más conocidas de la nueva generación de políticos que atrajo a los millenials. Para estas elecciones, el 40 por ciento de los jóvenes, casi el doble de lo que se registró en la anterior, manifestaron su intención de voto, según una encuesta de Harvard publicada días antes de las elecciones. Además, el 68 por ciento de personas entre 18 y 29 años votó por el Partido Demócrata. Ocasio consiguió también amplio apoyo en los barrios tradicionalmente demócratas y con una fuerte composición trabajadora e inmigrante.  

 En esta elección, un número sin precedente de mujeres participaron como candidatas. Estuvieron en la contienda 183 demócratas y 52 republicanas para la Cámara baja, y 15 demócratas y siete republicanas para el Senado. Además de cientos de mujeres en puestos estatales y locales. De las candidaturas demócratas al Congreso o a la gobernación, 42 por ciento son mujeres, en comparación con sólo 14 por ciento de republicanas. Es más: el 60 por ciento de las mujeres votó por el Partido Demócrata, informó anoche la cadena de noticias CNN.

 Una de las más aclamadas y candidata demócrata a convertirse en la primera gobernadora afroestadounidense en el país era Stacey Abrams. No obstante, anoche, la gobernación de Georgia quedó en manos del republicano Brian Kemp, acusado por el ex presidente Barack Obama de eliminar miles de votantes, de sectores minoritarios, del padrón electoral. En contrapartida, Donald Trump advirtió en campaña que la victoria de Abrams convertiría a Georgia en Venezuela. 

 El dinamismo progresista que se registró en estos comicios de medio término está vinculado a la resistencia que nació con la elección de Trump en 2016, con el movimiento en contra del abuso sexual de hombres poderosos (entre ellos el presidente), señaló David Brooks en La Jornada. Y agregó: “así como también por el movimiento impulsado por estudiantes después del tiroteo masivo en un colegio en Florida (March for our Lives), y también por la diáspora de las campañas electorales de Bernie Sanders y Hillary Clinton.