Eduardo “Addy” Williams es profesor de la Cátedra de Odontología Social IV y director del Curso Modelo Odontológico Preventivo Comunitario e Individual, que se dicta de manera optativa en la Facultad de Odontología. Anualmente los alumnos y docentes que participan del curso viajan a comunidades de distintas regiones del país promoviendo  la salud bucal. Las acciones que realizan los alumnos se plantean  en términos de mantenimiento y mejora de la salud bucal y no en la cantidad o complejidad de las prestaciones realizadas. Para Williams, esto marca una gran diferencia con la formación tradicional de un odontólogo, que tiende a ver las piezas enfermas y a desentenderse del resto de la boca del paciente.

“Si una persona de sus 32 dientes tiene 30 sanos y dos con caries, desde el Modelo Preventivo se entiende como una boca que está sana en un 90% de sus piezas dentales. Si lo primero que mira y prioriza el odontólogo son las dos caries, pondrá énfasis en la enfermedad y volverá invisible la salud del 90% de la boca. Así procede el modelo hegemónico actual. En cambio, desde el Modelo Preventivo, lo primero que se abordará serán los dientes sanos y las condiciones que han permitido sostener ese estado y  recién luego se dará intervención a las caries. Así se habrá trabajado para tratar el problema, pero fundamentalmente para descubrir, destacar y valorar las condiciones que permitieron la salud de la mayoría de los dientes de esa boca”, señala el docente.

Diego Yeates es el co-director del curso Modelo Odontológico Preventivo Comunitario e Individual y junto con Williams lleva casi dos décadas viajando a comunidades rurales del país promoviendo este modelo. Considera que existe un cambio en las conciencia por el cuidado de la salud bucal: “Lo que estamos viendo es que los chicos con los que nosotros empezamos a trabajar a principio del año 2000, hoy ya son padres y tienen otras herramientas para el cuidado bucal que pueden brindarle a sus propios hijos”.

En este sentido, Williams comenta el caso de una paciente que en 2009 tenía la totalidad de sus dientes de leche cariados y nueve años después, sólo una caries en su dentadura definitiva. “Pasó de tener una boca completamente enferma a una prácticamente sana y esto fue porque durante años recibió el mensaje para el cuidado de su salud bucal y eso generó un cambio de hábitos”, sostiene.

La investigación epidemiológica muestra que en comunidades donde se han sostenido las prácticas de promoción de la salud bucal durante más de 8 años, se logró disminuir en un 60% la presencia de la enfermedad de caries en niños de 12 años.

Compromiso social

Este curso cuenta con el apoyo institucional de la Facultad y su realización es aprobada por el Consejo Directivo de la misma. Tanto el Decano Darío Masía como la Directora del Área de Extensión y Servicios, Cecilia Garza, brindan su apoyo y acompañamiento a los responsables del proyecto y a cada uno de los contingentes.

El Decano destaca el aumento del número de alumnos interesados en participar que se registran anualmente. Masía considera muy importante para la formación de los estudiantes tener  la oportunidad de trabajar con personas de  orígenes sociales, geográficos, culturales e incluso  generacionales muy distintos a los de ellos mismos.  También señala que,   como parte de la Universidad Pública,  los estudiantes deben sentirse comprometidos a  devolverle  a la sociedad lo que les brinda en su formación y que deben sentir  la responsabilidad de ser representantes de la Facultad y la Universidad en otras regiones.  

Los docentes esperan que los alumnos asuman  su trabajo y su profesión como un conjunto de prácticas concebidas y orientadas para la salud, tanto a nivel comunitario como individual y que el  destinatario de sus acciones sea una comunidad o una persona, un sujeto de derecho cuya historia, saberes, hábitos y factores biológicos determinan su estado de salud y los riesgos de enfermar. Que juntos construyan un modo de mantener y mejorar la salud bucal.

El curso consta de tres bloques teóricos y uno práctico que es el viaje que se realiza a zonas rurales o periurbanas de  Salta y Misiones. Los alumnos reciben,  además de la fuerte convicción de que su tarea profesional es la de trabajar en la promoción de la salud, herramientas interdisciplinarias que ayuden en la interacción con la comunidad. Forma parte del equipo docente del curso, una profesora de teatro que los ayuda con herramientas no ortodoxas de comunicación como una obra de teatro, una canción o un juego, que es la manera de captar la atención y reforzar el mensaje para los más pequeños.

La elección de comunidades tan alejadas de Rosario tiene que ver con el hecho de que los alumnos puedan hacerle frente a realidades diferentes que no siempre están contempladas en las políticas sanitarias ni en la formación y experiencia de vida de los estudiantes de odontología de ninguna institución del país. “Hemos encontrado atención odontológica en muchas de las comunidades, pero con serios déficit en cuanto a reconocer sus particularidades culturales”, manifiesta Eduardo Williams.

El vínculo con las comunidades Kollas de Salta ha sido determinante a la hora de darle continuidad a la propuesta. Desde 2004 el equipo de Odontología visita la región de manera ininterrumpida y se logró crear un vínculo que permite el desarrollo del trabajo. Sólo se cortó  en 2017 cuando no pudieron hacer el viaje por razones presupuestarias, pero se mantuvo el contacto con la comunidad y retornaron este año.

Los viajes a las escuelas de frontera de Misiones son el resultado de un convenio que firmó la Facultad con el Club Argentino de Servicios, una  organización civil que asumió la tarea de asistir a las localidades fronterizas a través de la construcción y mantenimiento  de escuelas en zonas de frontera. El Club Argentino de Servicios contactó a la Facultad para que realicen la experiencia de “Odontolocos”  en las escuelas que ellos apadrinan y por su parte se hacen cargo del traslado del contingente. Este año también aportaron los insumos odontológicos y los alimentos que consumen durante la semana tanto alumnos como profesores.

Eduardo Williams y Diego Yeates destacan que la formación obtenida durante el curso, y en especial su cuarto módulo que es el viaje, crean prácticas profesionales que no son sólo aplicables en zonas de frontera. La promoción de la salud, el reconocimiento del paciente como algo más que una patología y el desarrollo de las capacidades de gestión son herramientas  que los futuros odontólogos podrán  poner en práctica en sus consultas privadas, en campañas en escuelas o dispensarios, o  si se convierten en funcionarios públicos con la responsabilidad de elaborar e implementar políticas de salud bucal.

Este curso cuenta con el apoyo de la

Facultad y su realización es aprobada

por el Consejo Directivo de la misma.

En 2018, los “Odontolocos” visitaron en Salta,  las comunidades Kollas  de Río Blanquito, El Angosto, Los Naranjos y San Andrés que se encuentran enclavadas en la selva de Yungas, unos 50 km aproximadamente al noroeste de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán.  Mientras que en Misiones se desarrollaron actividades en  las escuelas de frontera ubicadas en las localidades de Pueblo Illia, Colonia Aurora, Aldea Peruti, Paraje Picada Maderil y Paraje San Ignacio. En ambos viajes se alcanzaron a casi 1400 chicos y 1250 adultos y se repartieron 2600 cepillos de dientes.  El curso tuvo 40 participantes entre estudiantes y docentes.

Durante este 2018, los “Odontolocos”

visitaron varias localidades de Salta y

también muchas de la provincia de Misiones.

El equipo que forma parte del Curso Modelo Odontológico Preventivo Comunitario e Individual está compuesto por los docentes Natalia Villanueva , Constanza Muñoz , Daniela Ferrero , Julian Appiani ,Martín Perez , Enrique Brum , Mirta Schonberger , Alejandra Cosentino , Joaquín Casteli,  Mariana Sala, Narella Bulsico  e Iván  Rivoire, y los asesores Ernesto Turcato  y Elisa Bellmann.