El Concejo municipal de Rosario sancionó una norma para retirar “símbolos e imágenes religiosas instaladas en espacios comunes en escuelas y hospitales públicos y/o pertenecientes a la provincia de Santa Fe con jurisdicción en la ciudad de Rosario”. La norma, que fue apoyada por 13 ediles (y tuvo la oposición de otros 10), explica que retirar esos elementos del espacio ciudadano en común busca garantizar “el efectivo cumplimiento de los principios de libertad religiosa y conciencia” y reforzar “el carácter laico de Rosario”.

En la resolución, el Concejo Municipal pide al gobierno provincial que arbitre las medidas necesarias a través de los ministerios de Educación y de Salud. “La simbología religiosa no sólo no es representativa de la totalidad de la población, sino que a su vez no se condice con la laicidad del municipio y la provincia”, indican los considerandos de la norma, que fue iniciativa de las concejalas Celeste Lepratti (Frente Social y Popular), Marina Magnani (Unidad Ciudadana) y Norma López (Frente para la Victoria-PJ), y cosechó apoyos en otros bloques.

La decisión de retirar símbolos e imágenes religiosas de espacios comunes “busca garantizar el trato igualitario de cultos para avanzar en la construcción de una agenda pública no basada en la moral, sino en los derechos ciudadanos”, señalan los considerandos. La iniciativa también fundamenta la separación entre Iglesia y Estado como parte necesaria de los Estados modernos, y recuerda que en Argentina esa separación “ha sido una batalla que se ha dado en diferentes momentos y con distintos lineamientos ideológicos. Durante el siglo XIX, el sector liberal del PAN (Partido Autonomista Nacional) fue el que buscó la separación Iglesia-Estado”.

En declaraciones a medios locales, Lepratti recordó que “todavía existen decretos-leyes que regulan el dinero que se deriva a la Iglesia Católica argentina, que fueron impuestos durante la última dictadura”.

En 2010, en la Cámara de Diputados de Santa Fe ingresó un proyecto similar (de Alicia Gutiérrez) pero nunca llegó a ser tratado y, finalmente, perdió estado parlamentario sin llegar al recinto.