El cuerpo de un prestamista ligado al hampa y al lavado de dinero, fue hallado ayer en inmediaciones del casino de Rosario. Se trata de Lucio Raúl Maldonado, de 37 años, quien presentaba dos tiros en la zona lumbar y un tercero de remate en la nuca. Estaba desaparecido desde el último sábado y entre sus ropas había un cartel sugerente: ”Con la mafia no se jode”. Los pesquisas no tenían claro aún si sus matadores se esforzaron en ligar el crimen a la saga de balaceras a casas de jueces, en algunos de los cuales se dejó la misma leyenda o si en verdad fue ejecutado por los sicarios de aquella banda. En su perfil de Facebook mostraba devoción por Pablo Escobar, las armas de grueso calibre y el oro, que llevaba consigo en forma de alhajas.

El jefe de la Fiscalía de Homicidios Dolosos, Adrián Spelta, en reemplazo de su par en turno Luis Schiappa Pietra, llegó al lugar a las 10 de la mañana. Allí explicó que el cuerpo presentaba tres disparos: uno en la nuca, con orificio de entrada y salida, y otros dos en la zona lumbar. “Tenía una remera gris levantada hasta el pecho, y un short azul con dibujos”, describió Spelta. La presunción es que el cuerpo llevada entre 36 y 48 horas en el lugar.

Entre sus ropas había una cartulina escrita con fibras que “de alguna manera explica el motivo por el cual fue ejecutado”, arriesgó Spelta. Se refería a la leyenda “Con la mafia no se jode”, un mensaje por demás de elocuente. Un cartel con la misma frase apareció el sábado 3 de agosto en inmediaciones de un departamento acribillado a balazos en calle Libertad al 300, donde vivió hace años la jueza Marisol Usandizaga, integrante del tribunal que juzgó a la banda Los Monos. Ataque que fue parte de la saga de 18 balaceras que estremeció al poder político y judicial entre mayo y agosto y que culminó con trece imputados, entre ellos Ariel “Guille” Cantero, líder de la banda de Los Monos.

La última vez que sus familiares vieron con vida a Maldonado fue el último sábado por la noche. Sin embargo el auto en el que se movía quedó en su vivienda. El lunes, un hermano de la víctima hizo una denuncia por paradero en la sede de la Fiscalía y se activó el protocolo de búsqueda. Se presume que lo secuestraron y lo mataron la misma noche de su desaparición.

La victima vivía en Garibaldi al 600, en barrio Tablada, y tenía antecedentes desde 2006, que van desde las lesiones al abuso de armas. En julio de 2015 la Policía allanó una casa en Amenábar al 6300 por repetidos disparos de arma de fuego. Allí fueron recibidos por un sobrino de Lucio, a quien le secuestraron una ametralladora FMK3.

El joven dijo que el arma se la había prestado su tío para probarla y llegó a ofrecer un dinero para evitar las consecuencias del procedimiento. Los policías, por orden del entonces fiscal Rafael Coria, allanaron su casa pero con resultado negativo.

Tampoco pasa desapercibido en su prontuario un episodio ocurrido en noviembre de 2011, cuando cayó detenido junto con un hombre de Cabín 9, acusado de tirotear el frente de una bailanta en Fader y Rivarola, en barrio Godoy, luego de una persecución que culminó en Amenábar y Cullen: los efectivos incautaron de un revólver calibre 32, según asentó un sumariante de la comisaría 32ª.

En su perfil de facebook gustaba de postear vinos caros, billetes, armas de todo tipo, autos costosos, alhajas de oro. También profesaba su admiración por El Patrón Pablo Escobar y por Tony Montana, el personaje de Al Pacino en Scarface.

Un vocero del caso describió que en los últimos tiempos el ámbito de influencia de Maldonado eran los autos: “Podía hacer manejes para lavar guita comprando y vendiendo vehículos u otro tipo de maniobras, como ‘el reduce’ (cuando se vende algo robado). No es casual que esto se dé ahora, después del secuestro del gitano Colián Miguel y el revuelo por el crimen de Cristian Enrique (secuestrado en Cabín 9 y cuyo cuerpo apareció en la noche del pasado viernes). No se descarta que pueda haber conexiones”, confió.