Desde mañana, y hasta el próximo 19 de febrero, quienes visiten el Museo Nacional de Bellas Artes podrán apreciar en el hall central una de las joyas del arte romano: la estatua de Afrodita de Capua, de casi dos mil años de antigüedad.

“La Venus de Capua, una de las piezas fundamentales del arte occidental, ha inspirado la imagen de la femineidad durante dos milenios. Se presume que las Venus de Milo y de Capua son copias de una Afrodita original perdida, atribuida a Lisipo, uno de los grandes escultores de la Grecia clásica”, explicó el director del museo, Andrés Duprat. 

La estatua fue encontrada en 1750 en el Anfiteatro Campano de Capua, el segundo más grande después del Coliseo romano. Se calcula que fue esculpida en mármol en los años del emperador Adriano, en la primera mitad del siglo II después de Cristo. Su modelo fue un original griego en bronce del siglo IV antes de Cristo. En 1820 se le hicieron trabajos de restauración en los brazos, en parte del drapeado y en la nariz. La obra tiene 2,20 metros de altura y desde su hallazgo fue conservada en el Museo Arqueológico de Nápoles.

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La estatua podrá verse hasta el 19 de febrero.

La estatua representa a la diosa del amor (Afrodita para los griegos, Venus en Roma), semidesnuda, con un pie apoyado sobre un casco. Los brazos parecen sostener el escudo de Ares, dios de la guerra. Una de las interpretaciones de la obra es, justamente, el triunfo de Afrodita (o Venus) sobre Ares (o Marte), es decir, la victoria del amor sobre la guerra.

Según Duprat, “el enigma de esta escultura, configurado por el pudor y la serenidad clásicos con que se anudan lo sublime y la más terrenal de las carnalidades, le infunde tal potencia iconográfica que resulta difícil pensar la figura femenina, al menos desde el Renacimiento, sin ella”.

La obra podrá contemplarse durante los próximos tres meses de martes a viernes, entre las 11 y las 20, y los sábados y domingos de 10 a 20, en Avenida del Libertador 1473.