El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva asistió ayer a la sede de la Justicia Federal de esa ciudad para declarar, acusado comprar una casa en San Pablo, que habría sido pagada por las constructoras OAS y Odebrecht a cambio de contratos con Petrobras, adquisición que el ex presidente niega y de la cual no se conoce prueba documental. Una causa dentro del conocido Lava Jato. El inmueble está en Atibaia, al interior de San Pablo, y según la denuncia habría sido pagado por las constructoras entre 2010 y 2014. “Mi esfuerzo ahora es intentar desmentir las mentiras contra mí. Ni siquiera es probar que soy inocente porque yo soy inocente. Por que después, doctora, de ser investigado, de que intervinieran mi teléfono, mis cuentas bancarias, de invadir mi casa, de levantar mi colchón, de desarmar mi televisor, no encontraron ni un centavo de real en mis cuentas. Yo me siento víctima de un proceso. Y miento, mi esfuerzo ahora es no perder tranquilidad y pedir a Dios que en este país se haga justicia”, denunció ayer Lula en su tercera declaración por la causa Lava Jato. Sin embargo esta vez fue interrogado por la jueza Gabriela Hardt, quien sustituye a Sergio Moro después de que el magistrado aceptara ser el ministro de Justicia del nuevo presidente, Jair Bolsonaro.