Más de 100 migrantes que se alojaban en Tijuana con intenciones de pedir asilo en Estados Unidos fueron repatriados a sus países de origen. El Instituto Nacional de Migración informó ayer que los migrantes fueron trasladados el martes en un avión de la Policía Federal de México. La situación en el albergue de Tijuana es cada vez más crítica. Varios centroamericanos que están allí afirmaron que hay escasez de comida y que además Estados Unidos no muestra señales de querer recibirlos. 

Cerca de 3000 personas salieron, hace dos meses, en una caravana desde Honduras con la expectativa de encontrar un lugar mejor a las situaciones de violencia y hambre que según ellos vivían en sus países. En el camino se fueron sumando más centroamericanos. Primero pasaron por Guatemala, y luego por El Salvador hasta que finalmente casi 6000 migrantes llegaron a la frontera mexicana con Estados Unidos. 

El último lugar del recorrido es el centro deportivo “Benito Juárez” de Tijuana donde, cansados de la espera, algunos ya optaron por quedarse en México. Así lo relata Karla Lonera Sierra, una joven hondureña que está iniciado sus trámites para quedarse en el país azteca. “Regresar, no regreso. Voy a pedir asilo aquí, estoy arreglando mis papeles. Ya tomé la decisión de arreglar los papeles aquí”. La centroamericana se refirió además a las las personas que decidieron regresar a Honduras: “No tienen familia ni aquí ni en Estados Unidos que los apoyen, por eso se regresan,” explicó. 

Ayer, la organización defensora de derechos humanos con sede en Londres, Amnistía Internacional (AI), advirtió que en el centro Benito Juárez sólo hay comida para dos días más y que además están preocupados porque se están propagando varias enfermedades respiratorias. Según el tesorero municipal Ricardo Chavarría, los gastos en alimentación cuestan 29.000 dólares diarios. El albergue tiene capacidad para dos mil personas pero sus directivos intentan responder a las necesidades de 6000 migrantes que ya instalaron sus carpas en las inmediaciones. Además, el centro deportivo cuenta sólo con 28 sanitarios. “Está un poco cañón (complicado) porque hay bastante gente esperando”, señaló Najil, una mujer hondureña que llegó ayer a Tijuana. Yanira, salvadoreña, también relata las malas condiciones del lugar: “tenemos un número, estamos esperando, creo que es la mejor opción esperar el número. Aunque estamos en mala situación aquí, estamos bien mal, hay que esperar”. 

Según Amnistía, Estados Unidos tramita por día entre 30 y 70 peticiones, pero desde antes de la llegada a Tijuana ya había unas 2000 solicitudes pendientes y personas con más de cinco semanas de espera.

Desde el inicio de la caravana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que no permitirá que los migrantes entren a su país. Por su parte, las autoridades mexicanas afirman que ofrecieron visas humanitarias y empleo temporal a los migrantes desde que entraron por Chiapas. En ese momento muchos lo rechazaron, pero ahora que ya están en la frontera y ven pocas posibilidades de que se les abran las puertas algunos están empezando a acogerse a esa propuesta. Según las cifras de la Secretaría de Gobernación, en la zona fronteriza del Estado de Baja California 614 centroamericanos regularizaron su situación migratoria para poder pedir trabajo en México. Los empleos que se ofertan están relacionados con el sector manufacturero y el sector servicios, y van desde especialización en técnicas industriales hasta la prestación de servicios. Este plan surgió el pasado 15 de noviembre de una iniciativa presentada por la Secretaría de Trabajo y de Gobernación, en conjunto con el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera. “El INM ha implementado diversas acciones de acercamiento a todos los extranjeros que ingresaron en caravanas a territorio nacional, con el propósito de regularizar su estancia”, informa el comunicado. 

Este domingo varios migrantes denunciaron sentir miedo luego de varias deportaciones que se iniciaron después de un supuesto enfrentamiento con la policía. Según la Patrulla Fronteriza, cientos de migrantes intentaron cruzar ilegalmente a San Diego y por ello la policía comenzó a tirar gases lacrimógenos. Pero además los centroamericanos denuncian que luego de eso empezó una cacería indiscriminada contra varios de ellos. “No queremos regresar a la violencia, pedimos a las autoridades que terminen con las detenciones y deportaciones arbitrarias”, denuncia el comunicado de un grupo de migrantes emitido después de las detenciones. “Los policías nos detienen sin ningún motivo. Nos preocupan las detenciones, cada día desaparecen alguien del albergue”, alertó David Vázquez. “Muchos de ellos son arrestados cuando salen del albergue a comprar algo a la tienda”, agregó.   

El tema migratorio es un asunto de fricción en las relaciones entre

México y Estados Unidos y se vio agravada con presencia de la caravana. En este contexto el próximo sábado asumirá la presidencia Andrés Manuel López Obrador. El líder de izquierda, afirmó que desea llegar a un acuerdo con  Trump para impulsar el desarrollo en Centroamérica y frenar las causas que originan la migración. En los últimos días, el equipo de Obrador negó en información publicada en la prensa estadounidense que afirmaba que Trump había llegado a un acuerdo con ellos para que los migrantes esperen en México la resolución de sus casos de asilo.