Todos los gobiernos subnacionales, desde 2009, recibían fondos para financiar las obras de infraestructura a través del llamado Fondo Federal Solidario, que distribuía el 30 por ciento de la recaudación de los derechos de exportación de la soja y sus derivados. En ese fondo, el 70 por ciento era ejecutado por las provincias y el 30 por ciento se repartía, en cada provincia, a todos los municipios. Se trataba de transferencias automáticas, no discrecionales, con un mecanismo de asignación específica y que las provincias y municipios recibían diariamente. 

Hace pocas semanas el gobierno nacional decidió eliminar ese Fondo. Esto limita claramente las posibilidades de inversión en infraestructura que tenían los municipios, que ahora quedan, muchas veces, totalmente dependientes de las decisiones de inversión de las provincias y la Nación. En la provincia de Buenos Aires se suma a este panorama que la propuesta de inversión real directa (obra pública) para el año siguiente es de sólo 28.290 millones de pesos, lo que representa un escaso 3 por ciento del presupuesto provincial de 2019. 

A nivel  territorial, la gobernadora María Eugenia Vidal, propone distribuir el grueso de esta escasa inversión (planilla de obras por municipio), del siguiente modo:

La propuesta de presupuesto bonaerense para el año próximo contiene más malas noticias para los municipios. El Estado nacional deja de subsidiar a los usuarios del transporte público automotor, trasladando esta función a las provincias y el gobierno de la provincia de Buenos Aires, a su vez, deriva el financiamiento de las líneas locales a los municipios. Lo mismo pasa con la tarifa social de la energía eléctrica y la disposición final de residuos en el CEAMSE (hasta ahora parcialmente financiada por la provincia). Además pretende poner un tope del 38 por ciento en el aumento de las tasas municipales (fuente principal de recaudación propia municipal). 

Es evidente que las propuestas de las autoridades bonaerenses asfixian fiscalmente a los municipios, compensando parcialmente esta situación para los “gobiernos amigos”, vía el reparto arbitrario de la obra pública provincial. Los defensores de la autonomía municipal y quienes no acordamos con la distribución de recursos públicos en función de las pertenencias partidarias deberíamos evitar que estas iniciativas prosperen.

* Investigadores-docentes de la Universidad Nacional de General Sarmiento.