El Gobierno dio marcha atrás en su intento por invisibilizar las protestas contra el G-20 y terminó autorizando a los movimientos sociales y políticos a realizar este viernes la movilización hasta el Congreso en rechazo a la cumbre. Sin embargo, les exigió a los organizadores que no haya caras tapadas “ni elementos o artefactos que tengan por objeto la violencia” y, en todo caso, que sean ellos mismos los que contengan a los posibles violentos. A modo de respuesta, el premio Nobel de la Paz y titular del Servicio Paz y Justicia (Serpaj), Adolfo Pérez Esquivel aseguró que “la seguridad de quienes buscan expresar su disconformidad en las calles la tiene que garantizar el Estado con prevención. Y prevención no es lo mismo que represión”.

El Serpaj es uno de los espacios que integran la “Confluencia Fuera G20-FMI”, un colectivo integrado por organismos de derechos humanos argentinos, organizaciones internacionales como Attac, Action for Argentina UK y Anticapitalistas en Red, entre otras, y unas 65 organizaciones locales donde figuran la CTEP, Barrios de Pie, Diálogo 2000 y partidos de izquierda. Este amplio grupo es organizador de la Cumbre de los Pueblos que se realizará en la Plaza de los Dos Congresos. En tanto que la movilización prevista para mañana viernes comenzará con una concentración a partir de las 15 en la intersección de las avenidas 9 de Julio y San Juan. 

“Ambas actividades fueron habilitadas por el Gobierno”, confirmó a este diario Pérez Esquivel, quien aseguró, en ese sentido, que “se realizarán para promover ideas alternativas que confronten a las que llevaron a nuestro país a sucumbir en tan grave situación”. 

“Ni la manifestación que haremos el viernes ni la Cumbre de los pueblos tiene como objetivo la violencia, pero desde ya nuestra seguridad y la de quienes buscan expresar su disconformidad en las calles la tiene que garantizar el Estado con prevención. Y prevención no es lo mismo que represión”, sostuvo en relación a la misiva con la que el titular de la Unidad de Coordinación General del Ministerio de Seguridad de la Nación, Gerardo Milman, concedió el permiso a las organizaciones para marchar el viernes. 

La habilitación, informó Milman, se emitió “por instrucción de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y en el marco de la necesidad de diálogo entre los argentinos que ha propuesto el presidente Mauricio Macri”. Las agrupaciones que integran Confluencia Fuera G20-FMI, entre las que figuran el Serpaj y otros organismos de derechos humanos; agrupaciones sociales y políticas, habían anunciado hace días su intención de marchar en repudio a la cumbre y así lo habían comunicado al jefe de Gabinete de la cartera de Seguridad en una reunión que habían compartido días atrás.

Si bien aclara que el Estado no “resigna la responsabilidad de la seguridad” durante la manifestación, invita a las organizaciones que la llevarán a cabo a desarrollar “toda señal de manifestación en paz, sin caras tapadas, sin elementos o artefactos que tengan por objeto la violencia y la posibilidad de aislar entre todos si los hubiere, a individuos o grupos violentos”. 

En cuanto a acciones represivas, no obstante, no deja lugar a dudas: “En cualquier caso que haya situaciones que pongan en riesgo la seguridad de las personas, los bienes públicos y/o privados las fuerzas de seguridad actuarán de manera inmediata de acuerdo a la Constitución y las Leyes”, afirmó Milman en su carta. 

“No nos pasó nunca”, recalcó Pérez Esquivel, “que pidan a los manifestantes hacerse cargo” de la seguridad en una marcha. Y, al respecto, repitió: “Nosotros no vamos a actuar con violencia, pero quien tiene que garantizar la seguridad es el Estado con medidas de prevención no de represión” porque “una cosa es la prevención, necesaria en cada manifestación de ideas contrarias a las hegemónicas, y otra es la represión, tal como actúa este Gobierno desde que asumió el poder. Esperemos que este no sea un caso más”. 

Con ejes de repudio principalmente enfocados en “la dependencia cada vez mayor que nuestro país y los del mal llamado tercer mundo sufren frente a las grandes potencias”, en “la negativa a hacer frente al cambio climático” y en “las redes que teje a pasos agigantados el mundo financiero, y un ejemplo es Argentina misma, que tras habernos liberado estamos nuevamente atrapados en el FMI”, la movilización comenzará el viernes a las 15 en Avenida San Juan, avanzará por 9 de Julio hasta Avenida de Mayo y, desde allí, se dirigirá al Congreso. “Aún estamos ajustando esas cuestiones”, apuntó Pérez Esquivel cuando se lo consultó sobre la logística que desarrollarán los espacios para llegar hasta el punto de concentración y de partida de la marcha, teniendo en cuenta el alto grado de paralización que sufrirán los medios de transporte públicos durante los días de la Cumbre.