River oficializó hoy su rechazo al cambio de sede de la final de la Libertadores, que no se hará en el Monumental con público local, sino en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid con ambas hinchadas. Así se lo hizo saber al titular de la Conmebol, Alejandro Domínguez, en una carta firmada por el presidente del club, Rodolfo D´Onofrio., en la que advierten de posibles “medidas legales” para salvaguardar la cancha de River como sede. 

En el texto remitido a la Conmebol, River manifiesta que el cambio de sede “provoca un serio perjuicio a River” por los gastos de la organización. Hubo dos operativos: el sábado pasado, cuando el incidente con el micro de Boca que determinó la suspensión, y el domingo, cuando se volvió a aplazar el cotejo. River alega que “gastó millones de pesos en la organización” y que son “irrecuperables”. Además, denuncia la “desnaturalización de la competencia” por sacarla del ámbito sudamericana para jugar en Europa. 

La carta recuerda además que, al permitirse la presencia de ambas hinchadas se “atenta contra la igualdad de condiciones”, dado que Boca sí jugó con todo el público a favor en la ida. También insiste con que el operativo falló fuera del estadio Monumental y no en el área “cuya responsabilidad objetiva corresponde a River”, de acuerdo al fallo del Tribunal de Disciplina. Y recalca que la responsabilidad fue asumida por la ciudad de Buenos Aires con la renuncia del ministro de Seguridad Martín Ocampo.

River afirma que se producen “graves y severos perjuicios” para los hinchas que pagaron su entrada y se quedarían sin partido si se juega en España. Los define como “rehenes de una situación que les es totalmente ajena” y califica como “incompresible” que Boca y River no puedan jugar “con normalidad en su propio país”, al tiempo que achaca a un "puñado de violentos" lo ocurrido y que el país sí pueda garantizar la seguridad en el G-20.

Finalmente, el club se pregunta: “¿Existe decisión más desigual, inequitativa y perjudicial para los simpatizantes?” De allí que el club se reserve acciones legales “en defensa de sus legítimos intereses”.  La novela de la final más larga del mundo continúa, mientras hinchas de ambos clubes tratan de viajar a España para el partido que se previsto el 9 de diciembre en el estadio del Real Madrid. “El fútbol argentino en su conjunto y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) no pueden ni deben permitirse que un puñado de violentos impidan el desarrollo del Superclásico en nuestro país", afirman los directivos millonarios.