El periodista saudí crítico con la monarquía de los al Saud, Jamal Khashoggi, quien fue asesinado en el consulado saudita de Estambul, le había aconsejado a un disidente compatriota suyo que no se acercara a la embajada de su país en Canadá. El consejo, dijo Omar Abdulaziz, saudita residente en Montreal, probablemente le salvó la vida. 

En mayo pasado, dos enviados del gobierno saudita le habían pedido a Abdulaziz encontrarse con él en Canadá, dijo el activista. Los hombres, quienes se identificaron solamente como Abdullah y Malek, le dijeron a Abdulaziz que habían sido enviados por órdenes del mismísimo Mohammed bin Salman, el poderoso príncipe heredero, quien, dijeron leía asiduamente sus tuits. Venían a ofrecerle un trabajo en su país. 

Abdulaziz grabó 10 horas de conversación que tuvieron lugar durante cinco días, las que compartió con la CNN. En ellas, los emisarios mencionan a Saud al Qathani, el responsable de redes sociales de bin Salman. “Si Saud al Qathani escucha tu nombre, el inmediatamente te va a conocer y vos vas a poder encontrarte con el príncipe Mohammed directamente”, dice uno de los hombres en una de las grabaciones. Al Qathani fue despedido de su cargo y está bajo investigación en Arabia Saudita en medio de afirmaciones por parte de Turquía de que él fue la mente maestra detrás del asesinato de Khashoggi. 

Abdullah y Mallek, según dio a conocer la CNN, recomendaron a Abdulaziz acercarse a la embajada saudí en Ottawa para retirar unos documentos. Fue entonces cuando recurrió al consejo del periodista y Khashoggi le dijo que no fuera, que sólo se encuentre con ellos en público.”Posiblemente, eso fue lo que me salvó la vida”, aseguró el activista a la cadena estadounidense. No obstante, el columnista del Washington Post no siguió su propio consejo cuando decidió ir al consulado saudita en Estambul. 

En los más de 400 mensajes de WhatsApp intercambiados entre Khashoggi y Abdulaziz durante el último año, el periodista criticaba duramente al príncipe saudí. “Los arrestos son injustificados y no le sirven a él, pero al tiranía no tiene lógica, él ama la fuerza, la opresión y necesita mostrarlo. Es como una bestia ‘pac-man’, cuantas más víctimas come, más quiere”, se lee en uno de los mensajes. 

Abdulaziz presentó una demanda contra la compañía israelí NSO, a la que acusa de desarrollar el software usado para piratear su teléfono y rastrear sus conversaciones con el periodista.