Después de las elecciones estudiantiles en la UBA, se acerca una nueva puja por la definición de las autoridades de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA). Agrupaciones de izquierda, independientes y kirchneristas avanzan en la conformación de un frente común para quedarse con la conducción de la federación y convocaron a realizar hoy una junta representativa para definir la fecha de la votación. Si prospera esa moción, la elección podría hacerse el próximo lunes. Lo definirán esta tarde en la sede de Uriburu 920 las y los presidentes de al menos nueve de los trece centros de estudiantes de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quienes debatirán el llamado a un nuevo congreso ordinario de la FUBA. Se espera que se presenten los nuevos representantes de los centros de Agronomía, Arquitectura, Ciencias Exactas y Naturales, Ciencias Sociales, Psicología, Veterinarias, Filosofía, Medicina y Farmacia. 

La federación está dividida desde hace seis meses, cuando el bloque autodenominado reformista, que reúne a agrupaciones radicales, socialistas, peronistas (principalmente, la UES) e independientes realizó un congreso para renovar autoridades y proclamó haber obtenido la conducción. Por su lado, el bloque de izquierda e independientes que venía ejerciendo la conducción de la FUBA, encabezado por La Mella y el PO, desconoció ese congreso y lo denunció como irregular y fraudulento, por lo que se considera aún al frente de la organización.

Ahora, poco más de un mes después de que el fin del año electoral en la UBA dejara un saldo más que positivo para el bloque de izquierda e independiente (ya que logró arrebatar la presidencia de tres centros al bloque reformista: Ciencias Sociales, Medicina y Agronomía), los estudiantes intentarán aprovechar la oportunidad para consolidar una nueva conducción de la federación y dar por terminada la inestabilidad del último tiempo. El quórum de al menos 66 de los 130 delegados que el estatuto de la FUBA establece como requisito para poder sesionar y votar estaría garantizado por estas agrupaciones, según afirman sus dirigentes.

Pero lograr la consolidación de un frente único –y la posterior conducción de la federación– requerirá un alto grado de consenso y articulación entre agrupaciones con posiciones políticas generalmente distantes, y que –de ganar en el congreso– deberán dirigir la FUBA durante un año de alto voltaje político por las elecciones presidenciales. Las reglas y métodos para lograr tal convivencia están en plena construcción. Como primer paso, se analiza establecer copresidencias y covicepresidencias compartidas entre las agrupaciones con más delegados.

De hecho, la posibilidad de generar una alianza electoral con el kirchnerismo impulsó fuertes debates al interior del movimiento estudiantil del Frente de Izquierda. Espacios como el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) o Izquierda Socialista se mostraron críticos de la posibilidad de un acuerdo y hasta lo consideraron “un giro a la derecha” del PO. “Nuestro planteo es que se forme una lista para derrotar a las agrupaciones del gobierno y del rectorado. Sería una lista entre agrupaciones que tienen programas y políticas completamente distintas, pero la idea es que quede un método bien claro de cómo va a ser el funcionamiento de la FUBA para dirimir esas divergencias: a través de votaciones donde se respete la proporcionalidad de cada bloque en la Junta Ejecutiva, y si no hay acuerdo, a través de los mandatos de los centros, o con asambleas”, aseguró el referente del Partido Obrero Julián Asiner. “Les estamos reclamando al resto de las agrupaciones del Frente de Izquierda que entren a esta lista, porque eso hace que la izquierda tenga más peso en la conducción de la FUBA”, agregó Asiner.

Resta conocer qué harán las agrupaciones radicales, socialistas y sus aliadas, que consideraron válido el congreso realizado en junio y que, por lo tanto, entienden que las autoridades entonces electas tienen mandato hasta el año que viene.