Desde Madrid

La polémica no quiere despegarse de la final de la Copa Libertadores. Mientras Boca realizaba su primer entrenamiento en la Federación de Fútbol de España, en el predio de Las Rozas, la Policía Nacional española comunicaba en su cuenta de Twitter que durante la madrugada se había deportado a Argentina a uno de los barra brava “más significativos y peligrosos”. Era Maximiliano Mazzaro, un ex integrante de la barra xeneize acusado de ser partícipe en el homicidio de Ernesto Cirino, en el 2011. 

Un par de horas mas tarde, en una rueda de prensa de los jugadores de Boca tras el entrenamiento, Carlos Tevez se refirió al episodio y celebró que la Policía de España hubiera deportado a Mazzaro. Sin embargo, su compañero, Darío Benedetto, consultado sobre la posibilidad de que Rafael Di Zeo, actual jefe de la barra brava de Boca fuera autorizado para viajar a Madrid, afirmó que sería “bienvenido” porque era un “líder histórico”.

La declaración cayó como una bomba en los medios españoles, que desde la confirmación del Santiago Bernabéu como estadio de la final no han dejado de preguntarse por los “ultras” de River y Boca, y señalar la impunidad con que reinan en el fútbol argentino. Cuando caía la tarde española, la preocupación emergió otra vez, y se coló en la rueda de prensa de River. Después del entrenamiento en Valdebebas, los periodistas le preguntaron a Javier Pinola cuál era su opinión sobre la posible presencia de Di Zeo en Madrid. El defensor millonario dijo que era competencia de la justicia Argentina pero que debían tener “cuidado” con los barras bravas, y prestarles una “atención especial”.

Después de lo sucedido con Mazzaro, el abogado de Di Zeo afirmó que su protegido podía enfrentarse a la misma situación si aterrizaba en Barajas, el aeropuerto de Madrid. PáginaI12 consultó a Serafín Giraldo, portavoz de la Unión Federal de Policías de España, para saber cuál sería la respuesta de las autoridades españolas. El funcionario afirmó que cualquier persona que integrara la lista de no admitidos a espectáculos deportivos, no podría entrar al territorio español. 

La jornada no transcurrió con el mismo ánimo en otros puntos de la capital española. En la residencia del Consulado argentino, el embajador Ramón Puerta recibió a los integrantes de las filiales locales de River y Boca, para mostrar unidas a las parcialidades y enviar un mensaje de tranquilidad. Ante una cantidad numerosa de medios de comunicación de Argentina y España, la comitiva de cada filial reconoció que el Superclásico transcurrirá en paz, y brindó detalles sobre sus respectivos banderazos. El de Boca se realizará mañana por la tarde junto al hotel donde concentra el plantel. Mientras que los rivales lo harán el domingo al mediodía frente al hotel elegido por el club de Nuñez y, desde allí partirán en una caravana por el Paseo de la Castellana que concluirá en el Santiago Bernabéu.

Los colores rojo y blanco, y el azul y oro empezaron a observarse con mayor frecuencia en las calles de Madrid. Sin embargo, la mayoría de los argentinos que viaja para la final de la Copa Libertadores llegará el fin de semana. Mientras tanto, los españoles esperan el Superclásico entre los que temen un partido marcado por los disturbios y los que confían en el dispositivo de seguridad. Es el caso de Miguel Hernández, que organiza una carrera de Papás Noel en los alrededores del Santiago Bernabéu el mismo domingo. “Todo saldrá bien”, afirma, “hemos invitado a correr a simpatizantes de River y Boca para realizar un hermanamiento”, indicó.