Con veinticuatro minutos de diferencia, el Poder Judicial fue víctima de dos nuevos ataques a tiros. A las 2.16 de la madrugada, 10 disparos impactaron en los vidrios de Balcarce al 1600, donde funcionan los Tribunales provinciales. A las 2.40, cinco impactos rompieron los ventanales de la esquina de Sarmiento y Rueda, en el Centro de Justicia Penal. En ambos lugares apareció el mismo cartel escrito sobre cartón: "Con la mafia no se jode. Atte, Esteban Alvarado", en referencia al hombre buscado en el marco del homicidio de Lucio Maldonado, perpetrado a mediados de noviembre pasado. Al principio se creyó que se trataba de la misma moto, pero a media mañana se habló de dos rodados diferentes: uno rojo, el otro blanco. En cada uno circulaban dos personas, que llevaban cascos y tiraron con armas de calibre 9 milímetros. En la causa que investiga las balaceras perpetradas desde mayo ya hay 13 imputados, entre ellos, Ariel "Guille" Cantero, cabecilla de la banda de Los Monos. "Son reacciones desesperadas de grupos que están siendo combatidos", dijo el gobernador Miguel Lifschitz sobre diferentes bandas desbaratadas.

Pasaron cerca de cuatro meses desde las últimas balaceras, que fueron perpetradas en el Centro de Justicia Penal y en el edificio Ipanema, donde vivió una de las juezas que condenó a la banda de Los Monos por asociación ilícita, el mismo día. El comité de crisis de Fiscalía que investiga esos atentados imputó a media docena de acusados por hechos anteriores que comenzaron con ataques a ex viviendas de otro de los magistrados que condenó al clan en la causa provincial.

Por los hechos nuevos, desde el Ministerio Público de la Acusación se indicó que las personas que atacaron el Tribunal se trasladaban en motocicleta por calle Montevideo y doblaron en Balcarce. Antes de llegar a la intersección con Pellegrini detuvieron la marcha y realizaron unos 10 disparos en la puerta de ingreso del edificio por donde transitan unas 6 mil personas por día. Los atacantes del segundo suceso también se movilizaban en moto y realizaron 5 disparos sobre las ventanas de calle Rueda. En ambos casos, los tiradores llevaban cascos. "La Unidad de Crisis Institucional solicitó relevamiento de cámaras de la zona de ambos edificios, toma de testimonios y medidas que por el momento permanecen en reserva", aclararon.

Entre los trascendidos, se indicó que se investiga si el ataque está asociado a la clausura de un boliche de zona sur, vinculado a la banda de Los Monos. Se trata el local Fire, de Oroño y Uriburu, que el sábado a la madrugada la Municipalidad cerró por diferentes infracciones administrativas y que estaría a nombre del suegro de Guille Cantero. Además, fuerzas de seguridad hallaron allí una pistola semiautomática Bersa calibre 9mm. Los investigadores no descartan esa vinculación, pero aseguraron que hasta ayer no era la línea más concreta.

En tanto, otro dato resonante es el que tiene que ver con las notas que se dejaron en ambos lugares, donde aparece el nombre de Alvarado. Se trata de un hombre de 41 años que tiene pedido de captura por un homicidio reciente de tinte mafioso. El buscado está condenado a seis años y medio -con libertad condicional- como jefe de una organización dedicada al robo de vehículos de alta gama, que luego traía a Rosario para desarmar y vender en partes. Hace unos días se realizaron 14 allanamientos en propiedades que estaban a su nombre o de sus familiares. Allí se encontraron boletas de un domicilio en el que -una vez allanado- se determinó que vivía el policía Javier Mackat, segundo jefe de inteligencia de la Policía de Investigaciones (PDI).

En las imputaciones por las primeras balaceras, le achacaron a Guille Cantero -preso ahora en Resistencia- la organización los tiros perpetrados en Montevideo al 1000, Italia al 2100, Zeballos al 2500, Dorrego al 1600, Libertad al 300, Sarmiento al 2800 y Buenos Aires al 1700. Mientras que otras doce personas también fueron imputadas como autores materiales o partícipes.

Tras los hechos, Lifschitz indicó que "son reacciones desesperadas de grupos que están siendo combatidos". Y agregó: "No le asigno demasiada trascendencia. Esto no nos va a detener, seguiremos trabajando. No negociamos, no acordamos nada y no buscamos equilibrio con las organizaciones delictivas y el delito, sino que lo combatimos hasta sus ultimas expresiones", aseguró en LT9.

El ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, agregó que "12 de los 14 ataques (ahora 16) están esclarecidos. Son grupos criminales que fueron perdiendo poder. Cuando entramos al gobierno ellos controlaban el territorio. Hay 76 bandas desarticuladas", dijo. Y prometió: "En la provincia de Santa Fe estos hechos no quedan impunes".

El presidente del Colegio de Magistrados, Gustavo Salvador, repudió el nuevo hecho y manifestó fuerte preocupación por la gravedad institucional que significan. En ese sentido, dijo que los ataques se hicieron "con total desparpajo" y consideró que "no pueden ser naturalizados". Sobre los posibles motivos, insistió con que "intentan condicionar el ejercicio de uno de los poderes del Estado y no lo podemos tolerar ni permitir". Sobre el trabajo del Ejecutivo, señaló: "Esperamos que estén a la altura de las circunstancias". 

En tanto, el presidente de la Corte Suprema de Santa Fe, Rafael Gutiérrez, también asoció los episodios al trabajo que se hace desde el Poder Judicial contra las organizaciones delictivas.