Fontanarrosa escribe mal, se lo ha acusado a Onetti de hacer un uso extraño de la sintaxis, Roberto Arlt escribía mal. Abelardo Castillo da un ejemplo de lo que significa que Roberto Arlt escribía mal, dice que usaba metáforas como "muladar" en un cuento ambientado en Buenos Aires donde no había muladares. Yo pienso, si una metáfora discordante o un uso extraño de la sintaxis desvirtuan el valor de un texto, entonces, inclusive si esos errores se corrigieran, el texto seguirá siendo mediocre. Textos poderosos como los de Onetti o Arlt soportan cualquier defecto.

¿Qué es escribir bien?

Raymond Chandler nos tira una idea: cada frase debe ser tan clara como la imagen de un elefante en una habitación. Tendremos que aceptar que esta es una forma particular de conceptuar lo que es escribir bien, porque si seguimos esta idea me atrevo a decir que Lobo Antunes e inclusive James Joyce escribirían mal.

Pienso, si Fontanarrosa escribía mal, ¿Por qué ha trascendido? ¿Por qué se lo recuerda, se lo lee, se lo reconoce? ¿Cómo logró que ciertos cuentos sean ya clásicos de la literatura argentina?

Los escritores sobre todo los principiantes como yo nos preguntamos todo el tiempo qué cuernos es escribir bien. Entonces uno va a un taller literario adonde nos enseñarán a escribir bien.

Los talleres literarios son lugares donde se promueve la cultura, donde uno conoce autores, libros, aprende de arte, de historia, de música, de cine, lee a Balzac y a Joyce, a Onetti, a Carver y a Cheever, también se conoce a mucha gente inteligente e interesante, se puede charlar con pares de literatura, se puede compartir textos, escuchar críticas y opiniones, uno hasta se cree entonces escritor. Los talleres literarios son bastiones de resistencia cultural frente al avance despiadado del show de la tanga y la poda neuronal (con las repercusiones políticas y sociales que esto tiene). Celebro con todo el amor del mundo la existencia de los talleres literarios y espero se multipliquen por mil. En el taller literario se ejercita el más preciado atributo del ser humano: pensar.

A pesar de todo, le digo a usted, si usted tiene el fuego, si usted necesita escribir porque la carne se lo pide, si usted (como dice Hemingway) ha llegado al punto en que el mayor placer en la vida es escribir, usted no va a aprender a escribir en un taller literario. Henry Miller dice para escribir algo trascendente tuve que olvidar todo lo que había aprendido como literatura. Hablando de Beatriz Vignoli, Marcelo Scalona dijo, hay gente que escribe bien, y hace eso, escribir bien, y hay gente que se atreve, que rompe, que conmociona.

Escribir, señoras y señores, es una búsqueda personal, íntima, cuerpo a cuerpo con la oscuridad y la almohada, a veces salvaje, que requiere valentía, coraje, a veces ferocidad y también cariño, hay que atreverse a fracasar, a ser el hazmerreír, a no ganar concursos literarios, a ser tildado de soberbio, de loco, de ignorante, hay que exponerse e inclusive soportar lo más duro que hay para un escritor, que no nos lea nadie. Si uno está preparado para todo eso entonces está lo suficientemente trastornado y a pesar de todo va a escribir y como digo siempre: nadie nunca nos quitará ese éxtasis al poner un punto final, y aunque sea un instante, un efímero instante, creer que es la obra de arte más importante del mundo.

Si el contexto político, literario, social y económico lo hacen posible su texto trascenderá. Si tiene suerte también. Tal vez haya sido Baudelaire el responsable de lo que es hoy Edgar Allan Poe.

Raymond Carver dice varias cosas que nos ayudan y nos guían. Hay que escribir todos los días sin esperanzas y sin desesperación. Scalona dijo una vez, al fin y al cabo, deberemos aceptar que con suerte solo un puñado de gente nos va a leer. Como dice Javier Nuñez, escribir es nuestra fiesta secreta y nadie nos puede privar de eso, ni estar presos o locos, tal vez solo la muerte. Fabián Casas dice la vida será despiadada con nosotros pero tenemos la literatura para hacerle frente.

Para terminar vuelvo a Carver. El escritor que trascenderá es aquel que tenga una forma particular de ver el mundo y que pueda hacer con eso una expresión artística. Creo que ese es el camino, dignificar, sincerar, atrevernos a nuestra forma de ver la vida, que tal vez sea a nuestra mismidad, y entonces intentar hacer algo con eso. Mi analista Tita Florio decía sólo se puede hacer algo que valga la pena con lo más propio de nosotros. Y si gusta bien, y si no gusta hay que bancársela. A lo mejor alguna vez llegaremos. Salinger, Jack London, acumularon centenas de rechazos antes de ser publicados. Como dice Orlando el personaje de Virginia Woolf, finalmente elijo escribir lo que tengo ganas.