Un palestino mató ayer a dos soldados israelíes en Cisjordania, horas después de que cuatro palestinos fueran abatidos por tropas israelíes en lo que fue la jornada más sangrienta de esa región en meses. El agresor palestino también hirió de gravedad a otras dos personas al bajar de un auto y abrir fuego contra un grupo de militares y civiles. “Estamos buscando a los terroristas. Los encontraremos”, dijo el Ejército en su cuenta de Twitter.

El ataque llegó horas después de que fuerzas de seguridad israelíes mataran a dos palestinos presuntamente responsables de ataques en Cisjordania en los que murieron tres israelíes, incluido un bebé, en ataques que ocurrieron en octubre en Nablus y en Ramalá el domingo pasado. Además, un palestino apuñaló e hirió de levedad a dos policías de frontera israelíes en la Ciudad Vieja de Jerusalén. El palestino fue abatido de inmediato por los agentes. En otro incidente, murió un palestino por disparos de tropas israelíes luego de intentar atropellar a un grupo de soldados. El acto sucedido en la localidad de Bireh, al noroeste de Ramalá, dejó un herido leve. 

Después del ataque en que murieron los soldados israelíes, las fuerzas de seguridad pusieron puestos de control en todas las entradas a Ramalá, registrando autos y pidiendo documentos de identidad a los viajeros. 

Para capturar al atacante que se dio a la fuga, el ejército reforzó sus tropas en Cisjordania. El teniente coronel Jonathan Conricus, un vocero militar, dijo que el agresor huyó hacia Ramalá y que las medidas se tomaron para prevenir nuevos ataques. El portavoz agregó que más fuerzas serán desplegadas en Cisjordania con el objetivo de reforzar la seguridad en las rutas y lanzar una “gran cacería humana”. 

A su vez el presidente palestino Mahmud Abbas criticó la escalada de violencia y repudió el accionar tanto de los palestinos como la respuesta israelí. En un comunicado, la oficina de Abbas acusó a Israel de crear un clima de violencia mediante sus frecuentes operaciones militares en ciudades de Cisjordania.