Quien quiera obsequiar en estas fiestas un Banksy original, puede hacerlo por el insólito monto de dos libras esterlinas. Siempre y cuando adivine cuánto pesa la obra en cuestión, cabe aclarar: “un bote miniatura de refugiados, a control remoto, velocidad máxima de tres nudos”, conforme especificó el anónimo señor, ducho en el arte de generar noticias, coronado varón del auto-hypeo. En esta ocasión, nobleza obliga, presume de filántropas razones: el mentado barquito será sorteado entre quienes acierten su peso, sí, pero solo si previamente hubieran donado entre dos y cien billetes a Choose Love: tienda pop up –con sedes en Londres y Nueva York– que permite comprar prácticos adminículos a migrantes, y se encarga de que lleguen a sus manos. No está de más recordar que la pieza fue expuesta originalmente en el parque distópico Dismaland, en 2015, donde los visitantes podían operarla sobra aguas dispuestas, necesitando esquivar figurines de plástico que flotaban, y que representaban a aquellos refugiados que murieron intentando el cruce. “¿Es una obra de arte satíricamente oscura, o un juegue a control remoto de muy mal gusto? Acaso sea ambas cosas, pero ciertamente es un objeto único. Y puede ser tuyo a tiempo para esta Navidad”, ofrece la boutique solidaria sobre la susodicha obra, que exhibe en su local londinense hasta el 22 de diciembre, cuando se anuncie quién ha resultado ganador. Por cierto: da pistas. “Puede que les resulte útil saber que el barco fue construido a partir de fibra de vidrio, personalizado con figurinas de resina de fundición rápida que están rellenas de goma espuma y fueron pintadas a mano. Aunque el premio incluye las baterías, actualmente no están en el barco”, dispensa Choose Love a potenciales participantes.