La decisión de Mauricio Macri de no hacer nada para que la Copa Libertadores de América se juegue en la Argentina no es la única acción repudiable que ha tenido con el deporte. Si hacemos un balance de lo realizado por su gobierno en lo referente al área, no deja de asombrar el daño que le ha producido. Si analizamos la evolución del presupuesto vemos que en el año 2016 hubo 1.350 millones de pesos. Si tomamos en cuenta que en estos tres años tuvimos una inflación del 110 por ciento. Las cuentas dan que para tener el mismo presupuesto que en el inicio de su gestión el presupuesto tendría que ser de 2.835 millones y por el ajuste que le ha impuesto será para el año 2019 de sólo “991 millones”. El resultado de estas despiadadas decisiones políticas afectan de sobremanera al funcionamiento de toda la actividad deportiva.

Si le sumamos que actualmente que Los clubes barriales, sociales y deportivos, intentan sobrevivir a tarifazos e impuestazos brutales avalados por el gobierno nacional en los servicios públicos. La situación se vuelve realmente crítica para estas instituciones y no se vislumbra una salida a esta agobiante situación.

Que al modificar la ley del Enard 26.573, quitándole autonomía y estableciendo una nueva fuente de financiamiento dependiente del Estado Nacional las partidas para el deporte estarán condicionadas a las urgencias que tenga el gobierno con respecto al pago de la deuda o al cumplimiento de las metas con el FMI. Imaginen que el pago a una competencia internacional a un seleccionado de un deporte amateur quedara en el último lugar de la cola que tenga la tesorería general para pagar.

Otro de los retrocesos más significativos es que omitió el artículo 77 de la ley de medios que garantiza el derecho de las audiencias al acceso universal –a través de los servicios de comunicación audiovisual– a los contenidos informativos de interés relevante y de acontecimientos deportivos, de encuentros futbolísticos u otro género o especialidad. Con la posterior finalización del programa Futbol para Todos. De cumplir con la ley y sus promesas de campaña hubiera permitido que la final entre River y Boca se pudiera trasmitir por la Televisión Pública. 

Como broche de oro se informó que las tierras nacionales que ocupa el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), como las de la ciudad, donde funciona el instituto Superior de Educación Física N°1 Romero Brest –ambos ubicados en el barrio de Núñez– serán destinados a una operación inmobiliaria. Argentina necesita que la infraestructura deportiva y educativa continúe creciendo. La destrucción del Cenard y el Romero Brest, tienen como único objetivo una gran operación inmobiliaria que beneficiará a los sectores más pudientes de nuestra sociedad y causará un daño injusto e irreparable a la comunidad deportiva y a la sociedad toda. 

El balance de estos tres años marca claramente el fracaso de Mauricio Macri y la alianza Cambiemos en la administración del Deporte de nuestro país.

* Ex secretario de Deportes de la Nación.