Unos 40 mil pacientes nuevos comenzaron a atenderse en la Salud Pública de Rosario a lo largo de 2018. Algunos lo hicieron porque se vieron obligados a abandonar la obra social que ostentaban y otros mantuvieron la prepaga, pero la empezaron a compartir con prestaciones en los efectores públicos. "Este número habla de cómo se traducen en la vida cotidiana de las personas las consecuencias de los cambios en las variables macroeconómicas, la matriz ideológica de Cambiemos se traduce en su políticas sociales, en Salud y Educación avanzaron en recortes y delegaciones que antes eran de una responsabilidad nacional", remarcó el secretario de Salud del municipio, Leonardo Caruana.

El crecimiento de usuarios nuevos en 2018 es de 40 mil pacientes, número contundente que se traduce aproximadamente en diez mil historias clínicas familiares nuevas. La atención en los centros de salud municipales de Rosario tuvo un crecimiento de 100 historias clínicas familiares nuevas en algunos casos y hasta 400 nuevas en otros. No es el único indicador que da cuenta de la contención que debió practicar de buenas a nuevas la cartera que dirige Caruana; como el Pami cortó la entrega de medicamentos, afiliadas y afiliados de la obra social estatal empezaron a retirar remedios gratuitos en los efectores municipales.

"Vemos un ascenso que se mantuvo durante todo el año en relación con la incorporación de pacientes nuevos, un grupo importante de ese número corresponde a gente que perdió la obra social y otros casos que impactan en el reacomodamiento de la economía familiar, y empiezan a compartir con el sector público algún tipo de prestación", arrancó Caruana, quien trazó un diagnóstico de alto contenido político, específicamente sobre la concepción que la gestión Cambiemos tiene acerca del rol del Estado. "Es la combinación de aumento de población que acude al sector público con un posicionamiento nacional de concebir la salud como un bien de mercado, un fenómeno individual y de acuerdo a la capacidad de pago la posibilidad de acceso; eso no tiene nada que ver con pensar la salud como un derecho", apuntó.

El presupuesto de ajuste que aprobó el Congreso contiene recortes en diversas áreas y los gobiernos locales, que antes recibían la ayuda de la Casa Rosada, deberán entablar una ingeniería para no disminuir prestaciones. El funcionario garantizó los servicios, aunque reconoció que vive el escenario con "preocupación". "Los sistemas de salud sustentables tienen que tener responsabilidades nacionales, provinciales y locales, no son posibles sistema integrales basados en derechos con delegaciones nacionales, esto que se hace de que se responsabilice a los gobiernos locales de cosas que antes tomaba Nación y se transfieren presupuestos, pero después se terminan congelando, hace que se complejice el funcionamiento del sistema. Vamos a ser claros en la interpelación de la Secretaría de Salud de la Nación, de que no se retire de las responsabilidades que tiene que tener", consideró Caruana.

El número de 40 mil pacientes nuevos en la Salud Pública tiene su traducción, además, en en un incremento de la medicación crónica que se retira en los centros de salud, tratamientos de hipertensión, diabetes, cardiopatías, cuyo retiro aumentó entre 7 y 10 por ciento. "Hablamos de gente que tenía un anclaje en la seguridad social, que tenía trabajo, y empieza a compartirlo con el sector público, esto un indicador, después hay otros, aumentan la conflictividad intra familiar, las consultas por demandas socio subjetivas que se empiezan a dar en los centros, y eso habla de la realidad social, aumenta el consumo transitorio de psicofármacos. Las personas se enferman más, cuando uno está con una situación de vulneración es más propenso a que su problema de salud se descompense o que debute con algún problema, porque la salud no es solo un hecho biológico", cerró Caruana.