Una mujer policía fue asesinada de al menos tres balazos en Mar del Plata, en el barrio de la vieja terminal de micros, y por el hecho fue detenida su ex pareja, un vigilador que tenía una restricción perimetral para acercarse a la víctima desde agosto pasado, según informaron fuentes policiales y judiciales. La víctima, Gisel Romina Varela (33), se desempeñaba en la policía local de esa ciudad. El fiscal a cargo de la causa, Fernando Castro, no tiene dudas de que se trató de un femicidio y tiene como presunto autor al ex de la víctima.

El crimen fue cometido poco antes de las 6.40 de ayer. A esa hora, en la comisaría 2ª se recibió un alerta por disparos de arma de fuego y una oficial herida, en la intersección de las calles Las Heras y Alberti.

Cuando llegó el primer patrullero, los uniformados encontraron a Varela ya muerta, con el chaleco antibalas colocado, junto a una parada de colectivos situada a una cuadra y media de su domicilio, ubicado sobre Alberti al 1500, precisaron los voceros.

A simple vista, el cadáver presentaba dos impactos de bala a la altura del mentón y otro en el cuello.

“El asesino le disparó a la cara y al cuello porque tenía el chaleco colocado”, dijo un jefe policial que trabaja en la investigación. La víctima tenía en su cartera una orden de restricción perimetral contra su ex pareja, Sergio Alejandro Cejas (35), quien se transformó desde el inicio en el principal sospechoso del crimen.

“Estamos hablando de un femicidio”, aclaró ayer a la prensa el fiscal Castro, quien explicó que el hecho quedó registrado por cámaras de seguridad de la ciudad que captaron al hombre “bajándose del auto, discutiendo y apoderándose del arma” de la víctima.

Los efectivos constataron que a la policía le faltaba su arma reglamentaria, una Bersa Mini Thunder calibre 9 milímetros que, de acuerdo a lo que se observa en los videos y lo que dijo el fiscal, fue empleada por el femicida para disparar.

De los videos se pudo capturar la patente NNR 048 del auto que el autor del hecho utilizó para escapar del lugar, un Toyota Etios Cross color gris.

La policía dispuso la búsqueda del vehículo, cuyo dueño resultó ser Cejas, según agregaron las fuentes. El hombre trabaja como custodio en una empresa de seguridad, había estado demorado por violencia de género y recaía sobre él una orden de restricción perimetral emitida desde el 8 de agosto del 2018 por el Juzgado de Familia 4 de Mar del Plata.

Dicha orden obligaba a Cejas a mantener una distancia de 300 metros con Gisel hasta el 1 de abril de este año.

Tras obtener esos datos, la Policía de la provincia de Buenos Aires logró capturarlo en un operativo cerrojo en la vecina localidad de Miramar.

El imputado fue detenido en el cruce de las calles 21 y 28 de esa ciudad y en su poder tenía las llaves del auto buscado, el Toyota Etios Cross, que estaba estacionado a metros de donde fue detenido. Cejas caminaba “aún con las ropas ensangrentadas”.

El fiscal afirmó que la pistola de la víctima “no estaba en el lugar del crimen ni tampoco en poder de Cejas” cuando fue capturado horas después en Miramar. Por eso, señaló que se está tramitando la orden de requisa para allanar el domicilio y el auto del imputado para constatar si en alguno de esos lugares se encuentra el arma.

Por otro lado, el encargado del edificio donde vivía la víctima señaló a los medios que “Gisel me llamó por WhatsApp el domingo para ver si estaba todo bien porque el miércoles yo lo saqué (a Cejas) de acá a las diez menos veinte de la noche y el jueves también. Violaba la perimetral todos los días. Ya lo conocían los propietarios y los inquilinos”, agregó el encargado, quien detalló que en agosto pasado el acusado atacó a la mujer a golpes y cuando la policía lo detuvo encontró en su poder un juego de llaves del edificio que ella creía que había perdido pero que en realidad su ex le había robado.