El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y autoproclamado presidente, Juan Guaidó, fue detenido ayer durante aproximadamente media hora por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin). Sin embargo, el gobierno del presidente Nicolás Maduro se desmarcó inmediatamente del hecho y aseguró que se había tratado de una acción unilateral de los agentes. La cancillería venezolana, en tanto, acusó al Consejero de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, de promover un golpe de Estado e intentar instalar un gobierno títere.

“Nos enteramos que se había dado una situación irregular donde un grupo de funcionarios actuando de manera unilateral realizaron un procedimiento irregular”, declaró el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, en una declaración al canal estatal VTV. El funcionario denunció que este procedimiento fue hecho por funcionarios que se habían prestado para que se instalara un show mediático y adelantó que las autoridades van a averiguar y establecer responsabilidades al respecto. Rodríguez, además, informó que los agentes de inteligencia fueron destituidos y sometidos a un estricto procedimiento disciplinario. 

Además, Rodríguez acusó a voceros de la derecha y a medios de oposición, tanto locales como extranjeros, de intentar instalar “un falso positivo (fake news) que lo único que persigue es afectar la tranquilidad que nos merecemos todos y todas”, afectando la estabilidad del país.

Guaidó, un ingeniero de 35 años, fue detenido en la autopista entre Caracas y el estado de Vargas al ser interceptado por dos camionetas del Sebin, cuando se dirigía a un cabildo abierto. En un video, que recorrió las redes sociales, se observa el operativo en que el diputado fue detenido por agentes encapuchados y llevado en una camioneta. El jefe del legislativo fue liberado aproximadamente media hora después.

El evento ocurrió casi simultáneamente con un encuentro entre el mandatario venezolano con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la que solicitó apoyo para instar al diálogo en el país y establecer la paz. “Extraordinario encuentro de trabajo con los embajadores y representantes del Sistema de Naciones Unidas. Ampliamos nuestras relaciones de cooperación para fortalecer el Sistema de Protección Social y contribuir con la construcción de un mundo más estable y de paz”, tuiteó Maduro, quien hoy comparecerá ante la Asamblea Nacional Constituyente. 

Una vez en libertad, Guaidó se dirigió a Caraballeda, a 40 kilómetros de Caracas, para presidir un acto que reunió a una multitud de opositores. 

“¡Hermanos aquí estoy!”, dijo al dirigir un discurso desde una tarima. “Un mensaje a Miraflores (Palacio Presidencial): el juego cambió, el pueblo está en la calle, aquí están los símbolos de la presión, de la resistencia, de la fuerza. Si querían enviar un mensaje para que nos escondiéramos, aquí está la respuesta del pueblo. ¡Aquí estamos!”, aseguró. 

Al conocerse que el gobierno se desmarcaba de lo ocurrido, el diputado opositor cargó aún más fuerte. “Entonces Maduro ya no controla las Fuerzas Armadas, porque se rompió la cadena de mando (...) ¿quién comanda hoy el régimen?, si ya reconocen que no controlan los organismos de seguridad del Estado tienen un problema muy grave en Miraflores”, respondió Guaidó.

En su discurso, el diputado reiteró el llamado que había hecho el pasado viernes a una movilización para el 23 de enero. “Será un grito que retumbará en toda Venezuela y a esto le tiene miedo la cúpula de ladrones” que, sostuvo, gobierna el país.

“No van a poder frenar el ímpetu y la fuerza de nuestra gente, el reclamo de cambio porque estamos pasando hambre”, manifestó en el cabildo el diputado, militante del partido Voluntad Popular (VP), fundado por el líder opositor Leopoldo López, bajo arresto domiciliario por ser el cabecilla de los hechos violentos protagonizados en 2014 y que costara la vida de más de 40 personas. 

La detención del legislador provocó el rechazo de los ya declarados enemigos de Maduro en la región. Los presidentes de Argentina, Mauricio Macri; de Perú, Martín Vizcarra; de Colombia, Iván Duque; de Chile, Sebastián Piñera; de Estados Unidos, Donald Trump, además del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, condenaron el accionar del organismo de inteligencia y aprovecharon para atacar al gobierno. 

La cancillería de Venezuela, por su parte, lanzó ayer un comunicado acusando a “la elite supremacista de la Casa Blanca” de promover un golpe de Estado. “Mientras que el presidente Maduro insta al diálogo con respeto entre ambos países, Bolton por su parte abraza el guión de las aventuras golpistas”, se lee en el comunicado. “Para lo cual induce a la sedición de un pequeño sector de la derecha venezolana que ha demostrado ineptitud para cumplir con el mandato que le diera el Pueblo venezolano de ejercer el papel de una oposición democrática”, continúa. “Esta conspiración (..) intenta ponerle por la fuerza al Pueblo venezolano un gobierno títere cuyo mandato no responda ni a la Constitución ni a la voluntad popular”, sentencia el documento de cancillería.

Guaidó reiteró, además, su llamado a los militares a desconocer al nuevo gobierno. El diputado había pedido el pasado viernes –un día después de que Maduro asumiera su segundo mandato– apoyo civil, militar y extranjero para asumir el mando del Gobierno en Venezuela. “Llamamos a esa familia militar que quiere cambio, que quiere lo mismo que nosotros, le hacemos un nuevo llamado, aquí está la legítima Asamblea Nacional”, había dicho Guaidó al autoproclamarse presidente. El diputado y los bloques de la oposición venezolana  que lideran el Parlamento (en desacato desde el 2016) consideran ilegítimo el mandato asumido por Maduro e intentan aplicar los artículos de la Constitución bolivariana, que habilita al Congreso a quedar a cargo de la presidencia de la República, para avanzar en un gobierno de transición y en la convocatoria a elecciones. “Asumimos entonces la convocatoria a las Fuerzas Armadas, a la comunidad internacional al ejercicio de los artículos de nuestra constitución 333, 350 y 233 para ejercer mandato”, había exclamado el dirigente opositor. 

El legislador de VP reconoció que lo que diga el Parlamento controlado por los opositores, sin el reconocimiento del Poder Ejecutivo y Judicial, no es suficiente para volcar la balanza a su favor, por lo tanto insiste con el respaldo de las Fuerzas Armadas, cuyas cúpulas se han declarado fieles al gobierno bolivariano. 

Desde el exterior, la oposición cuenta con el apoyo de los países del Grupo de Lima (exceptuando a México) y de la OEA, alineados con Estados Unidos. En tanto que el mandato de Maduro cuenta, en el continente, con los respaldos de Bolivia, Cuba y El Salvador, pero, principalmente, con el apoyo estratégico de China, Rusia y Turquía.