El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, no ocultó su felicidad por el fallo contra la dirigente social Milagro Sala, detenida sin condena firme desde el 16 de enero de 2016. Tras haber cuestionado la sentencia que absolvió hace apenas unos días a la líder de la Tupac en el juicio por “la balacera de Azopardo”, Morales ahora defendió la independencia de poderes y calificó como “un hito” a la resolución judicial que condenó anteayer a Sala a 13 años de prisión. “Hubo un acuerdo entre Gerardo Morales y Mauricio Macri para llenarme de causas y meterme presa”, denunció por su parte Sala, quien señaló también como responsable al empresario Carlos Blaquier, “cómplice de la dictadura”.

“El fallo marca un hito para recuperar la paz en Jujuy, de recuperar un clima de convivencia y de salir de una cultura de la violencia que nos ha tenido agobiados por más de 15 años a todos los jujeños (...) Fundamentalmente, para terminar con tanta corrupción que, en definitiva, terminó robándoles a los pobres que no tienen la vivienda”, puntualizó el gobernador, el día después de que el Tribunal Oral en lo Criminal 3 de Jujuy hallara culpable a Sala por los delitos de asociación ilícita, extorsión y defraudación al Estado, a pesar de que ni la fiscalía ni las querellas –promovidas por la gobernación de Morales– pudieron aportar pruebas que acreditaran su responsabilidad en la causa. 

Para justificar su alegría, Morales se despachó con que “había un modelo cultural que no solo tenía que ver con un sistema de corrupción sino también con un sistema de violencia; había marchas, presiones, agresiones y violencia inclusive sobre miembros de la propia organización”, dijo, en alusión a la Tupac Amaru. Y abundó: “El que no vivió en Jujuy no puede saber cómo eran los cortes de ruta”.

Hace tres años, aquel 16 de enero, Sala fue encarcelada tras haber sido denunciada por el gobernador jujeño, quien la acusó de “instigación a cometer delitos y tumultos en concurso real” por el acampe que la Red de Organizaciones Sociales mantuvo por 33 días frente a la sede de la gobernación. Las organizaciones reclamaban la continuidad de las cooperativas de trabajo, a las que el gobierno del radical Morales, aliado de Cambiemos, amenazó con quitarles los fondos con los que construyeron sus propias viviendas y urbanizaron sus barrios. 

Como en otras oportunidades, el gobernador se despachó contra la dirigente social y volvió a sacar a relucir sus acusaciones. Identificó peyorativamente a Sala como una líder de un “modelo cultural, de corrupción y violencia”. “Fue un paso dado por la Justicia que actuó independientemente”, insistió, al marcar la diferencia con la sentencia de diciembre pasado, cuando tres juezas absolvieron a Sala del supuesto delito de tentativa de homicidio por precio o promesa remuneratoria. “Nosotros no lo compartimos, eran tres juezas designadas por mí, pero los fallos pueden gustar o no”, agregó el funcionario.