Es fácil decir “el que las hace las paga”, y al mismo tiempo aprovechar su cargo de presidente de la Nación para intentar que sus empresas no paguen la deuda por más de 70 mil millones de pesos que tienen con el Estado por el negociado del Correo. Fue en el discurso cortito que dio para anunciar que había sancionado por decreto la confiscación de los bienes de quienes hayan sido acusados por narcotráfico o corrupción.

La primera medida que tomó Mauricio Macri cuando asumió fue cambiar los términos de la licitación para el soterramiento del ferrocarril Sarmiento sin cambiar el resultado de esa licitación: sus empresas, asociadas con la brasileña Odebrecht. Y no fue un cambio menor: los 1500 millones de dólares que estaban obligadas a poner las empresas de Macri y Odebrecht para la obra, los pondría el Estado.

Paradoja en el caso Sarmiento: El arrepentido de Odebrecht en Brasil dijo que coimeó al titular de la ex SIDE, Gustavo Arribas, supuestamente para que el gobierno de ese entonces tomara la decisión que después tomó Macri apenas asumió y cambiara la licitación sin anularla. Algunos sospechan que ese destino y el mismo origen tenía el dinero que se le encontró a José López. Pero si así fue, la historia demostró que no pudo hacer que el gobierno anterior cambiara la licitación. Y en cambio, esa medida la tomó el gobierno de Macri. Hay mucha plata para devolver ahí.

Es evidente que en el caso de las empresas del grupo Macri, no corre este apotegma “el que las hace las paga”. Hay una distancia enorme entre lo que dijo ayer y lo que viene haciendo con sus empresas desde que asumió. Pero es fácil decirlo cuando se trata del comienzo de un año electoral en que el presidente se candidatea para repetir otros cuatro años.

“Es un tema que me propuse enfrentar desde el primer día que me involucré en política, una preocupación compartida por todos”, dijo en el discursito. La inflación también era una “preocupación compartida por todos” y obviamente hizo campaña con ese tema y prometió que la haría desaparecer rápidamente. Las medidas que tomó, supuestamente para combatirla, hicieron estallar el peso y produjeron la inflación más alta desde 1991, plena época de hiperinflación, una de las peores tragedias que sufrieron los argentinos y que Macri está recreando. Han sido tres años y medio con una inflación galopante.

Si eso pasó con la inflación, es probable que lo mismo esté pasando con la corrupción. Cada medida que tomó supuestamente contra la inflación, produjo más inflación. Y ahora resulta que hará lo mismo con la corrupción y el narcotráfico.

El presidente no tendría que recordar las promesas que hizo durante la campaña del 2015. No cumplió ninguna. Mucho ruido con la mano dura y una ministra que parece salida de la Gestapo, pero los índices de delito se mantuvieron igual durante estos tres años y medio. Fue derrotado en esa batalla que nunca dio más allá de las declaraciones demagógicas: el delito no disminuyó y la inseguridad sigue como antes.

Macri habla al revés. Hace lo contrario de lo que dice que va a hacer. Dice que persigue al lavado de dinero y sacó por decreto una norma de blanqueo que parecía hecha especialmente para favorecer a sus familiares y amigos. Y designa en la UIF, el organismo que debe combatir el lavado, a abogados de bancos acusados de promover y facilitar el blanqueo de capitales.

Hace ya tres años y medio que gobierna. Como cuando promete que acabará con la inflación, cuando anuncia que combatirá el narcotráfico y la corrupción, hay que ver resultados.

Los terribles combates contra la inflación, contra el lavado y contra la corrupción nunca existieron y todo está peor en esos temas. Han sido promesas demagógicas de campaña. No se hizo nada en ninguno de esos temas. Más que contra la corrupción, la lucha ha sido usar el tema de la corrupción para perseguir a sus opositores. No han podido encontrar nada de los famosos dos PBI que la propaganda de Cambiemos dijo que se había robado el gobierno anterior. No hay cuentas offshore, ni tesoros enterrados ni riquezas injustificadas.

“El que las hace las paga” es una frase hueca para el gobierno que blanqueó capitales negros de sus familiares y amigos y que trató de no pagar las deudas de sus empresas con el Estado. Pero también es una frase peligrosa porque confirma que Cambiemos puede convertir la campaña electoral de este año en una cacería de brujas contra sus opositores.