Incorporado al universo de las músicas artísticamente complejas, el jazz es un ingrediente frecuente para las fórmulas del hedonismo en sus tránsitos hacia paraísos prometidos. La combinación con el vino de alta gama, por ejemplo, resulta sin dudas atractiva. Mucho más si en torno se despliega un paisaje encantador, con la Cordillera de Los Andes como fondo. Eso es lo que anuncia la primera edición del Uco Jazz Festival, que se llevará a cabo entre el 15 y 16 de febrero en Mendoza. Se trata de una propuesta que intenta introducir variedad en el panorama de los festivales veraniegos del país, con una programación internacional atractiva que se maridará con los frutos de Finca Alegría, la tierra cercana a la localidad de La Consulta, en el valle de Uco, donde, dicen, están los Charlie Parker y las Sara Vaughan del Malbec.

Serán, según se anuncia, dos noches, con una programación que equilibrará generaciones y latitudes, con artistas que en su variedad cubrirán buena parte del espectro de lo que es posible llamar jazz por estos tiempos. 

El viernes 15, la programación propondrá entre sus números principales al Cellosam3atrio del violoncelista Jaques Morelenbaum.  El brasileño actuará junto al guitarrista Gabriel Improta y el percusionista Rafael Barata. Con ellos estará la cantante Paula Morelenbaum. El festival impulsará además encuentros, como el de la cantante costarricense Deborah Dixon, entre otras cosas fundadora de las Blacanblus, con el pianista Angel Sucheras, uno de los más refinados estilistas del jazz argentino, líder del grupo New Orleans Spirits. Más acá en los estilos, el trompetista Mariano Loiácono y el pianista Ernesto Jodos protagonizarán otro cruce en la primera noche de festival, con lecturas abiertas de standars y temas propios. 

El Valle de Uco será también escenario para el Bernardo Baraj Trío, del siempre interesante saxofonista, que actuará con Juan Bayón en contrabajo y Marcelo Baraj en batería. También estará la cantante Julia Moscardini, una de las voces interesantes de la nueva generación, que anticipará los temas de su disco Stablemates al frente de Quinteto del que forman parte Sebastián Loiacono en saxo, Ernesto Jodos en piano,  Maxi Kiszner en contrabajo y Carto Brandán en batería. Por supuesto, el festival presentará a los créditos del jazz que se hace en Mendoza. Por ejemplo, el trío del pianista Juan Emilio Cucchiarelli, con Franco Prósperi en batería y Rodrigo Botacaulli en contrabajo, que a partir del formato clásico explora otros horizontes, proyectándose hacia el folklore  a través de la improvisación. También actuará el guitarrista Mark Young, oriundo de Nashville y radicado en Mendoza, junto a Federico Zuin en bajo y Emanuel Romero en batería, en un plan más orientado hacia sonoridades rock. 

La segunda noche tendrá como protagonista a un quinteto integrado por notables músicos norteamericanos, a los que se sumará Mariano Loiacono. Además del trompetista de Cruz Alta, que en febrero presentará su nuevo disco en Buenos Aires, estarán el pianista  Anthony Wonsey, el saxofonista Antonio Hart, el contrabajista Ron McClure y el gran baterista Rudy Royston. Por el calibre de las individualidades que conforman el quinteto se puede presuponer encuentros de alta densidad musical. El blues, por su parte, tendrá su embajador con Chris Caine, descendiente directo de BB King, que estará bien secundado por Rafa Nasta en guitarra, Fer Rosso en bajo y Pato Raffo en batería. En la misma noche An Díaz y Anita Fabiani propondrán Nina Sessions, el show con el que recuerdan a la gran cantante y pianista afroamericana Nina Simone, y Ernesto Jodos, uno de los pianistas más importantes de la actualidad, propondrá su arte del trío junto a Maxi Kiszner y Carto Brandan. 

También en la noche final, dos cuartetos cuyanos mostrarán los resultados de las alquimias del jazz cordillerano, entre retumbos de folklore y otros aditivos. Uno es el del pianista y compositor Rodrigo Ratier, con Rubén Martínez en guitarra, Flavio Vázquez en bajo y Pablo Conalbi. El otro, el del saxofonista Mauro Bianchinelli, que se presentará con Gustavo Bruno en guitarra, Rodrigo Botacaulli en contrabajo y Franco Prósperi en batería. 

El festival incluirá además actividades gratuitas en la plaza de La Consulta, donde se proyectarán películas con banda sonora en vivo. También se verá el documental de Daniel Rosenfeld Piazzolla, los años del tiburón. Música, vino, gastronomía. Ocio creativo armonizado por el paisaje cordillerano. Una promesa sugestiva.