Primero fue la agresión a socios opositores en la asamblea de 2017, el año pasado más de 300 barras coparon la práctica del primer equipo en Bella Vista y el domingo hinchas leprosos intentaron frustrar el clásico violando el acceso al vestuario de Central. En Newell's la violencia es una práctica que se hizo hábito, aunque esta vez el responsable de esparcir el polvo blanco en el camarín de Central, reconocido ayer como "talco", está identificado. "Hay imágenes que nos permitirán saber quién es y se lo va a sancionar", aseveró Diego Maio, secretario de Seguridad en Espectáculos Deportivos de la provincia. "El operativo no falló, se realizó como está programado, solo que el vestuario no se pudo revisar porque estaba cerrado", explicó.

La dirigencia de Newell's es cómplice de los violentos o el club está en manos de ellos. Solo algunas de estas opciones pueden explicar lo que viene sucediendo en la institución del parque Independencia y lo que ocurrió el domingo en el Coloso del Parque, cuando hinchas leprosos lograron tener acceso al vestuario de Central antes de que llegue la delegación canaya. El camarín estaba bajo llave para evitar precisamente el ingreso de personas ajenas, incluso la policía no pudo acceder al mismo para realizar la supervisión de control. En el club apareció la llave cuando llegó la utilería auriazul y al ser habilitado se encontró esparcido en su interior polvo blanco, lo que despertó la preocupación de los utileros canayas. El operativo policial no pudo evitar que un lugar cerrado sea violentado por los hinchas.

Pero sí se pudo avanzar en la investigación una vez sucedidos los hechos. "Tenemos la certeza de quién pudo haber sido el que ingresó al vestuario", subrayó Maio. "Pero el operativo salió tal cual como estaba planificado, no hubo en general ninguna diferencia, excepto por las incidencias en el vestuario visitante", acotó el funcionario provincial.

El coordinador de Seguridad Deportiva de la provincia, ayer en conferencia de prensa, adelantó que "el polvo era talco y el fuerte olor que había se debió a que el personal de limpieza utilizó en la zona un producto químico con amoníaco para limpiar el lugar".

El responsable de esparcir el talco en el vestuario visitante, según lo que determinó la investigación y tuvo acceso este diario, no es miembro de ninguna de las facciones que componen la barra y no asiste a la popular leprosa. Por el contrario, es habitué de la platea y allegado a la dirigencia, al menos de los directivos que cumplen funciones como dirigentes. 

"El estadio tenía que estar cerrado desde las 18 del día anterior sin acceso al público y cuando llegamos a las 10 se demoró un poco el inicio de la requisa porque había mucha gente dentro del estadio trabajando, hubo que desalojar todo el estadio. Al ingresar la Brigada de Neutralización de Explosivos, junto a personal de club para abrir las puertas, se encontraron con que faltaban las llaves de ese vestuario y de otros tres sitios, por lo cual se procedió a dejar un policía en cada lugar para que quede custodiado. Las llaves aparecieron cuando llegó el personal de utilería de Central, tres horas antes de la llegada del plantel. Al ingresar, la policía halló el polvo que desató la polémica", precisó Maio.

El operativo no empezó bien y terminó con la policía dispersando a la gente al dejar el estadio con gas pimienta. En redes sociales las imágenes del violento accionar policial fueron difundidas por los hinchas. Pero el público no reaccionó a la provocación policial y la desconcentración fue sin incidentes.