Esteban Lindor Alvarado, el prófugo ladrón de autos de alta gama y sospechado narco del oeste rosarino, fue imputado ayer por el homicidio del prestamista Lucio Maldonado, cuyo cuerpo fue hallado el pasado 13 de noviembre en inmediaciones de Oroño y Circunvalación. En la audiencia desarrollada en el Centro de Justicia Penal, el juez José Luis Súarez aceptó la formulación de la Fiscalía, que le atribuyó a Alvarado ser el instigador del crimen mafioso de Maldonado, y le dicto la prisión preventiva sin plazo, hasta el inicio del juicio. "Homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas en carácter de instigador, que prevé pena perpetua", según explicaron los fiscales a cargo del caso Matías Edery y Luis Schiappa Pietra. Durante la audiencia, Alvarado pidió la palabra y rechazó haber conocido a la víctima, aunque se negó a responder preguntas.

Los fiscales leyeron durante la audiencia un detalle pormenorizado de todo las pruebas recolectadas. En ese marco, expusieron que "el vínculo más fuerte (para probar la acusación) es una persona que tiene vinculación con Maldonado y el lugar donde éste estuvo secuestrado". Se trata de Facundo Almada, alias Lapo, ex presidiario y casero de la quinta Los Muchachos, ubicada en Piñero donde los fiscales están convencidos de que se dio muerte a Maldonado.

Durante la audiencia también se explicó que la ubicación en tiempo y espacio del vehículo Chevrolet Cruze de Maldonado, pudo hacerse por un soporte informático que la empresa On Star hizo de las principales coordenadas enviadas por el GPS del coche, y que estaban a resguardo, ya que el sistema a bordo del auto había sido borrado intencionalmente esa misma noche.

Esto dio por tierra con uno de los argumentos que brindara el abogado defensor de Alvarado, Claudio Tavella, quien había retrucado que si su cliente había cumplido condena por el robo de autos de alta gama , jamás cometeria el error de llevar uno de esos coches y dejarle el GPS para que pudieran descubrirlo.

Los fiscales también sumaron elementos para convencer al juez Suárez en pos de que declare la prisión preventiva efectiva. Las sospechas de que Maldonado fue llevado a la casa quinta ubicada sobre la ruta AO12 entre las rutas 14 y 18, está cimentada en que uno de los perros de la brigada canina que inspeccionó el lugar, marcó un par de zapatillas halladas sobre el techo de la vivienda que corresponde a la numeración usada por la víctima. Y remarcaron que el mismo animal marcó un sommier y una mesa ubicadas en un galpón y una casa de esa misma propiedad, sobre las que pudo haber estado la víctima en su corto cautiverio luego de su secuestro. También destacaron que para ingresar a la misma hay que atravesar una tranquera con candado, que no había sido denunciado como violentado en esa época, derrumbando así la segunda hipótesis defensiva de Alvarado: la que sostenía que alguien podría haber llevado a Maldonado a ese sitio para incriminarlo.

Una de las pruebas más comprometedoras, explicadas al cierre de la audiencia por los investigadores, fue que el sospechado casero Almada, había sido detenido un mes antes del crimen con una picana eléctrica portátil y un arma de fuego. La sospecha es que la misma pudo haber sido usada para torturar a Maldonado, sobre quien pesaba una disputa con Alvarado por un terreno en Pueblo Esther que éste pretendía comprar.

Alvarado fue detenido en la tarde del sábado 2 de febrero último en un camping cercano a la localidad cordobesa de Embalse Río Tercero. Allí lo ubicó una comitiva de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), y lo arrestó mientras se encontraba con su pareja, sus dos hijos y un par de hombres. También le incautó un teléfono celular pese a que el prófugo lo tiró al lago, de donde los detectives pudieron recuperarlo.

Después de estar transitoriamente detenido en la seccional de Embalse fue llevado a la cárcel de Bouwer, de donde este sábado efectivos santafesinos lo trajeron de nuevo a Rosario.

En el momento de ser apresado, Alvarado estaba en libertad condicional por liderar una banda de ladrones de autos que operaba en el conurbano bonaerense y era investigado por sus vinculaciones con el narcotráfico. Había cumplido una condena de seis años y medio de prisión, que le dictó un tribunal de la provincia de Buenos Aires.