Un grupo de diseñadores industriales de la Universidad de Buenos Aires creó un prototipo para facilitar la extracción de aceites de plantas vegetales con el objetivo de ayudar a quienes necesitan el aceite de cannabis para sus tratamientos. La máquina extractora de aceites esenciales para fitoterapia fue bautizada con el nombre de Néctar.  

Los inventores detrás del proyecto son Franco di Paolo, Manuel Frontini, Patricio Martinez, Facundo Moura e Ignacio Riuz Jhonson, quienes comenzaron el proyecto para “dar respuesta a una problemática existente a nivel social”. Actualmente, la extracción de aceites de plantas es considerado un proceso complicado y con riesgos para la salud, ya que requiere solventes tóxicos. “Néctar mejora considerablemente los procesos típicos, que utilizan solventes dejando residuos tóxicos”, explicaron sus creadores en un video. 

Los jóvenes vieron una necesidad y una oportunidad a la hora de pensar su tema de tesis de diseño industrial en 2017, el mismo año en que el Gobierno reglamentó la Ley 27.350, que regula la investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados.

La sanción de la ley fue “un antes y un después” en la investigación, aseguraron los diseñadores, ya que la norma puso en funcionamiento el “Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis, sus Derivados y Tratamientos no Convencionales”.

La diferencia de Néctar, además de su tamaño menor en comparación con otras máquinas en uso en el resto del mundo, es que utiliza un principio de fluidos supercríticos. El prototipo utiliza solamente dióxido de carbono para extraer aceites de todo tipo de plantas. Además, permite la personalización de la extracción, tanto de temperatura y tiempo como de maceración. “Permite controlar los parámetros de  la extracción, con lo que nos permite extraer de manera selectiva garantizando repetibilidad de los resultados”, puntualizaron sus creadores. 

El año pasado, cuando postularon a Néctar en el concurso Emprendé ConCiencia (de la Fundación Invap), los estudiantes detallaron que el 

Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis, sus Derivados y Tratamientos no Convencionales autoriza al Conicet y al INTA a cultivar cannabis. “Existen muchos casos de epilepsia refractaria, cáncer y otras patologías que no han encontrado una mejoría con la medicina tradicional y han recurrido al empleo de aceites esenciales de fabricación casera de plantas como el cannabis ya que es el único tratamiento que alivia los síntomas y mejora la calidad de vida de los pacientes”. Sin embargo, recordaron, el aceite que brinda el Estado es importado, obtenido de una única cepa “y le hace efecto al 20 por ciento de los pacientes que hoy están en tratamiento. Se necesitan especificaciones muy precisas para cada caso y no se puede hacer de manera correcta tanto de manera casera como industrial sin la tecnología necesaria ni la investigación apropiada”.