PáginaI12 En Colombia

Desde Medellín

Son más de dos mil kilómetros de frontera en tierras calurosas, selvas y llanuras que durante décadas han sido foco de tensión entre los países vecinos y que, en los últimos días, han visto pasar los rostros de la tragedia humanitaria que tiene al gobierno venezolano en los ojos del mundo. Voces a favor de la decisiones de Nicolás Maduro y sectores que defienden sus políticas que han llevado al colapso de la economía, y una emigración sin precedentes, se levantan en diversos lugares del mundo. Pero el vecino más inmediato, Colombia, con el pupilo de Álvaro Uribe en la Presidencia, el presidente de derecha Iván Duque del Centro, es uno de los más incómodos con la crisis venezolana que tiene como primer epicentro a la frontera. 

Por allí han pasado más de un millón de venezolanos en el último año según informes de Migración Colombia.  Y hasta allí se llevaron toneladas de ayuda humanitaria proveniente de Estados Unidos recientemente. Sin embargo, Maduro impidió su paso, aunque abrirá el camino nuevamente cuando llegue la ayuda que viene de Rusia. Además, un concierto organizado por la oposición internacional al gobierno socialista venezolano y otro más con el que Maduro pretende contrarrestar el primero se realizarán próximamente. Todo ello, en medio del fuego proveniente de la guerrilla colombiana del ELN que tiene uno de sus principales y más poderosos y ricos bloques en esa zona del Nororiente colombovenezolano, y que sería la responsable de asesinar a un policía el lunes pasado en el municipio de Arauca, en un ataque donde además fue herido otro uniformado y un civil. Esto ocurrió en el puesto de control José Antonio Paes.

Mientras se escuchan voces de rechazo tras el atentado a la policía y se repiten las acusaciones de siempre acerca de que los insurgentes usarían el territorio venezolano para esconderse, los líderes norteamericanos se pasean por la frontera de la mano de su principal aliado en América Latina, el gobierno Colombiano. El fin de semana los paralamentarios estadounidenses Marco Rubio y Mario Diaz-Balart visitaron la llamada zona de la frontera en cercanías a la ciudad de Cúcuta, la capital del departamento de Norte de Santander limítrofe con Venezuela. Estaban también el Embajador de Estados Unidos ante la OEA, Carlos Trujillo, y el Embajador de Colombia en Estados Unidos, Francisco Santos, primo y opositor del ex presidente Juan Manuel Santos. 

La visita tenía como fin, según explicó a PáginaI12 un portavoz de Casa de Nariño, verificar cómo se está desarrollando el programa de ayuda humanitaria que los gringos desplegaron desde la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y el acopio de las ayudas humanitarias que han llegado en la última semana a Cúcuta desde otros países.  “Tenemos toda una logística montada en el Puente de la Unidad para poder recibir las donaciones y que desde Venezuela se puedan distribuir para todo el pueblo venezolano. El Presidente de Colombia y todo su Gobierno ha estado completamente involucrado y nuestro mensaje es: amigos de Venezuela los seguiremos apoyando en toda esta operación”, señaló a medios Eduardo José González Angulo, representante del Gobierno colombiano en esta operación humanitaria, que muchos califican de maniobra política y militar para debilitar a Maduro, tras la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente de Venezuela.

Duque ha explicado su apoyo con Estados Unidos y otros países como un “cerco diplomático” contra el gobierno vecino y no confirma aún si recibirá tropas militares en una eventual confrontación armada en Venezuela. Pero es una realidad que siete bases militares colombianas está ocupadas parcialmente por militares estadounidenses desde la firma y puesta en marcha del Plan Colombia, que además incorpora la figura de “contratistas”, por lo general mercenarios o ex militares que permanecen en el país con permiso legal para trabajar por un periodo y realizan por lo general labores de inteligencia.

“En el tema de Venezuela no hay división en Estados Unidos, demócratas y republicanos se han unido en una voz a decir: estaremos junto al pueblo de Venezuela a cada paso hasta que se pueda ganar lo que se merece, la libertad, la democracia y la prosperidad”, aseguró el senador Marco Rubio en su paso por Colombia, que sigue recibiendo críticas por promover la presencia norteamericana. Carlos Trujillo, enviado de Duque, responde que con estos gestos  Colombia está “luchando por la libertad de Venezuela” y señaló que las ayudas humanitarias son un esfuerzo internacional “pero que el mérito es del pueblo venezolano que arriesga su vida, su libertad y todos sus derechos” para buscar el bienestar de sus connacionales.

Entre tanto el dueño de la compañía de móviles Virgin, Richard Branson, está promoviendo un concierto en la ciudad fronteriza de Cúcutua que busca presionar al gobierno de Maduro para que autorice el ingreso de ayudas, ante las cuales el presidente venezolano ha dicho que estas son la primera injerencia militar en su territorio. Carlos Vives, Juanes, el reguetonero Nacho, Miguel Bosé, El Puma y otros han confirmado su participación en el Venezuela Aid Live que será el próximo 22 de febrero. A esto Maduro respondió promoviendo su propio concierto que sería los días 22 y 23 en el Puente Simón Bolívar. Este se titula “Manos fuera de Venezuela” y según explicó el heredero de Hugo Chávez “hemos acogido una propuesta de una gran cantidad de artistas venezolanos que solicitaron hacer un encuentro cultural, un gran concierto por la paz, por la vida” y agregó que con este recital buscan enviar  un mensaje de denuncia contra la agresión brutal a la que se intenta someter al pueblo venezolano, refiriéndose a la presión para recibir las ayudas humanitarias gringas y la injerencia internacional en su país en crisis.