La Policía de la Ciudad desalojó esta mañana por la fuerza a los trabajadores de la cooperativa Madygraf, que habían convocado a una protesta frente al Congreso. Según la versión de las autoridades porteñas, los palos y los gases llegaron cuando los manifestantes cortaron todos los carriles de la avenida Entre Ríos, algo que negaron rotundamente los integrantes de las organizaciones presentes en la manifestación.

En medio de la represión, un efectivo señaló al fotoperiodista de Página/12 Bernardino Ávila como el autor de una agresión. Sin embargo, las imágenes capturadas durante la protesta registraron cómo tres oficiales siguieron, acorralaron y golpearon al fotógrafo para detenerlo. “Lo persiguieron tres efectivos, uno de ellos dando golpes con la cachiporra, lo señalaban sólo a él", contó otro fotógrafo presente en la protesta.

El secretario de Seguridad y Justicia porteño, Marcelo D’Alessando, insistió una y otra vez que tanto las imágenes propias, de la Policía, y las capturadas por otros fotógrafos y manifestantes son ahora materia de investigación. “Un policía dice que con la cámara le habría pegado en la boca. Desde la oficina de transparencia ya empecé a relevar el accionar policial. Ahora el fiscal tiene que determinar si el detenido es el autor de la agresión”, le dijo a Página/12 Marcelo D’Alessando.

El fotógrafo fue acusado de “lesiones y resistencia a la autoridad” y detenido en la Comisaría Comunal Nº8, en Lugano. El oficial 1º G. Raña fue quien acusó a Ávila de golpearlo intencionalmente con la cámara y producirle una herida en la boca. Mientras era golpeado, Ávila le entregó su cámara a un colega, quien recuperó las últimas fotos tomadas antes de su detención.

En estas imágenes se puede ver como el efectivo Raña lo marca al fotógrafo y luego con otros efectivos lo empieza a agredir hasta lograr su detención. Según D’Alessandro, ahora quien evaluará si Ávila es responsable o no de la lesión es el fiscal Walter López, del fuero Contravencional y de Faltas. El fotógrafo ya fue trasladado a la fiscalía ubicada en la calle Berutti, del barrio de Palermo.

Fotógrafos de otros medios que estuvieron en el momento de la represión y la detención desmintieron que el reportero de Página/12 haya golpeado intencionalmente al oficial. Pero sí confirmaron la saña que luego montó la Policía sólo contra Ávila. “Lo persiguieron tres efectivos, uno de ellos dando golpes con la cachiporra, lo señalaban sólo a él. Lo siguieron hasta alcanzarlo, lo tiraron al piso y golpearon. Varios fotógrafos intentamos interceder pero nos sacaron a los golpes”, relató Joaquín, fotógrafo presente al momento de la detención.

“Bernardino estaba solo en medio de la calle, me imagino que quería hacer una foto general de toda la policía con el Congreso de fondo”, contó el fotógrafo. Según el relato, ahí habría comenzado la agresión con el efectivo Raña. “El policía seguro que lo manoteó y en ese forcejeo Bernardino tal vez quiso sacarle una foto a la cara del efectivo. Puede ser que ahí se haya golpeado con el lente de la cámara. La herida que tenía en la boca era mínima”, contó el fotógrafo.

D’Alessandro insistió en que la fiscalía y la Oficina de Transparencia de la propia policía porteña debe analizar si hubo un exceso de la fuerza en la actuación de ese efectivo y los otros dos que golpearon al fotógrafo. “Si hubo un exceso y un actuar por fuera de lo que marca la norma le caeremos (al efectivo) con todo el peso de la ley. Pero si realmente el detenido es el autor de la agresión avalamos el accionar policial”, argumentó el funcionario.

El secretario porteño desmintió que la policía haya reprimido a los manifestantes ni que haya pedido desalojar la protesta. “Lo único que solicitamos es que no haya corte total, nunca impedimos la protesta”, defendió el operativo.

En las redes sociales, los usuarios acusaron a los efectivos de tener “marcado” a Bernardino Ávila por la foto que días atrás recorrió medios y portales de todo el mundo. La de una señora mayor que levantaba unas berenjenas de la calle mientras de fondo cientos de policías desarmaban a la fuerza el verdurazo de los pequeños productores de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT). “No, no creo. Los policías no tienen ni idea”, negó esta hipótesis el funcionario. Sin embargo, la última foto tomada hoy por Ávila antes de caer al piso es la del oficial con su dedo en alto señalando justo hacia él.