En 2008. seis integrantes del Ballet Estable del Teatro San Martín fueron desvinculados del elenco y formaron el colectivo Nuevos Rumbos. A comienzos del 2009, la Secretaría de Cultura de Nación tomó al grupo bajo su órbita y cambió de nombre: Compañía Nacional de Danza Contemporánea (CNDC). La agrupación cumple una década de existencia y lo celebra con dos funciones con entrada libre y gratuita en el anfiteatro de Parque Centenario: hoy y el lunes 15 de abril, a las 19.30. 

En estos diez años, el elenco se consolidó y estableció un modo de funcionamiento bastante atípico, marcado por una mayor horizontalidad. De los seis bailarines fundadores pasaron a 21, sumaron un equipo técnico y administrativo; y de una dirección colegiada integrada por los mismos intérpretes durante los primeros cinco años pasaron a delegar la dirección. Cristina Gómez Comini fue la primera directora; desde 2016 la reemplaza Margarita Fernández, docente, coreógrafa y bailarina que egresó del Instituto superior de Arte del Teatro Colón y se perfeccionó en Estados Unidos en las compañías Alvin Ailey y Jennifer Müller y en la escuela Martha Graham. La compañía mantiene un diálogo muy estrecho con la dirección al punto de elegir –en muchos casos– juntos las obras, proponer clases con ciertos docentes y contar con la posibilidad de coreografiar, no sólo interpretar. A las funciones en su sede, el Centro Nacional de Música y Danza (donde antes funcionara la Biblioteca Nacional) sumaron presentaciones en buena parte del territorio nacional, en espacios no habituales para la danza, y en festivales internacionales para visibilizar la danza contemporánea dentro y fuera del país, además de trabajar con coreógrafos locales y extranjeros. 

“Celebramos los diez años con dos obras muy distintas: 8 Pies, de Ramiro Soñez, y Tensión espacial, de Jea Duk Kim. Ramiro es asistente coreográfico de la compañía y esta nueva versión surgió en un ensayo en el Conti. Algunos bailarines estaban trabajando más cerca y otros más alejados en otro plano. Esa multiplicación del movimiento en diferentes planos enriquecía mucho una obra que combina momentos muy pautados y otros improvisados”, comenta Fernández a PáginaI12. Con la obra del creador coreano, la compañía cerró la programación del 2018. Duk Kim viajó a Buenos Aires para trabajar con elenco y dejó esta pieza que ya forma parte del repertorio del grupo. “Tiene una impronta física muy fuerte, relacionada con la vorágine de movimiento en la que vivimos en las grandes ciudades, todo el tiempo corriendo de un lado al otro. Muestra ese frenesí que lleva al agotamiento para dar paso a otro relato corporal”, describe la directora.

En la segunda función, el 15 de abril, el programa será otro. La compañía bailará El caos, la pieza de 50 minutos creada por Leticia Mazur –una de las figuras centrales de la danza contemporánea más experimental– creada el año pasado con el elenco. Es un acercamiento desde el movimiento a las ideas del artista Luis Felipe Noé acerca del caos, pensado no como desestructuración de un orden, sino como proceso de gestación y de asunción de uno nuevo.

Este será un año de certezas y de incertidumbres. Por un lado, unas treinta funciones ya programadas en el Centro Cultural Kirchner (habrá un estreno en formato de cámara de Pájaro de fuego, con música de Stravinski, y la reposición de Perséfone: el origen de las estaciones), invitaciones para presentarse en varios teatros de la provincia de Buenos Aires, el estreno (el 10 de octubre, también en el CCK) de una obra especialmente creada para el elenco por Lisi Estaras, la prestigiosa coreógrafa argentina radicada en Bélgica; funciones y seminarios en Mar del Plata. Por otro lado, la CNDC tiene previsto mudarse de sede, pero aún sin fecha definida. “Dejamos la Biblioteca Nacional y nos mudamos al Centro Boado Garrigos de Paternal, donde funcionó el ya disuelto Ballet Nacional de Danza que dirigió Iñaki Urlezaga y donde ensayó un tiempo el Ballet Estable del San Martín. Pero aún no tenemos las fechas definidas. Se van a hacer dos obras en paralelo: la puesta en valor de la sede actual y del Garrigos. Esperamos que el cambio se concrete, que las obras se realicen y poder mudarnos para trabajar allí”, anticipa Fernández. 

Si bien el presupuesto del elenco se recortó, la directora apuesta a seguir en movimiento. “Obviamente me gustaría contar con más recursos, pero estoy de alguna manera acostumbrada a sacar el mejor provecho de lo que tengo”,  asegura la creadora, que fue subdirectora del Ballet Folklórico Nacional. “Quiero que sigamos acercando la danza contemporánea a nuevos públicos que no están acostumbrados a este lenguaje. Que podamos viajar al interior del país, seguir invitando a escuelas y estudiantes universitarios, y visitando espacios no convencionales como fábricas y hospitales, además de estimular la circulación. En las provincias hay grupos, bailarines y coreógrafos de muy buen nivel”, destaca.

Actualmente bailan en la CNDC Bettina Quintá, Candela Rodríguez, Ernesto Chacón Oribe, Inés Maas, Juan Salvador Giménez Farfan, Juan Pablo González, Leonardo Gatto, Magalí Del Hoyo, María del Mar Codazzi, Nicolás Miranda, Pablo Fermani, Diego Franco, Rafael Peralta, Victoria Delfino, Victoria Hidalgo, Victoria Viberti, Virginia López, Yamila Guillermo, Yésica Alonso, Mauro Podestá y Liber Franco.