El presidente estadounidense Donald Trump se mostró optimista ayer frente a la cumbre con el líder norcoreano Kim Jong-un. Antes de partir hacia Vietnam, donde tendrá lugar la cumbre mañana y el jueves, el mandatario hizo un nuevo llamado a la desnuclearización de Corea del Norte. 

“Con la completa desnuclearización, Corea del Norte se convertirá rápidamente en una potencia económica. Sin ella, será más de lo mismo”, escribió Trump en su cuenta de la red social Twitter. “¡Kim tomará una sabia decisión!”, continuó. Asimismo, aseveró que esperaba con ansias el encuentro que, dijo, anhelaba sea productivo. Así también lo espera el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Durante la Conferencia sobre Desarme que tuvo lugar en Ginebra, el líder de Naciones Unidas indicó que esperaba que los dos líderes alcanzasen  medidas concretas para una desnuclearización duradera, pacífica, completa y verificable en la península coreana. 

El gobierno surcoreano, por su parte, tiene una postura optimista frente a la cumbre en vistas a una posible declaración de paz entre ambas Coreas. “Creo que Estados Unidos y Corea del Norte podrían alcanzar un acuerdo para declarar el final de la guerra en alguna medida”, dijo ayer el portavoz de la oficina presidencial surcoreana, Kim Eui-kyeom, citada por la agencia local de noticias Yonhap. No obstante, añadió que reemplazar el alto el fuego que detuvo la Guerra de Corea en 1953 por un acuerdo de paz podría llevar tiempo. 

Pyongyang insiste en que no ha llevado a cabo pruebas de misiles balísticos o armas nucleares en más de un año, y que destruyó, asimismo, las entradas de su sitio de ensayos nucleares.También el líder norcoreano se encontraba ayer de camino hacia la capital vietnamita. El tren blindado verde oliva que transporta a Kim salió el sábado de Pyongyang y tiene que recorrer los más de 4.500 kilómetros que lo separan de Hanoi (unas 60 horas de viaje). 

La expectativa para esta reunión es que Kim y Trump avancen en la declaración que emitieron en su primera reunión, realizada el año pasado en Singapur, y que utilizó un lenguaje en gran medida simbólico, sin compromisos evidentes.