El Ejército para la Liberación Nacional liberó al ex congresista colombiano Odín Sánchez Montes de Oca y llevó a cabo el gesto de paz más concreto en cuatro años, desde que comenzaron las conversaciones con el gobierno de Juan Manuel Santos para iniciar la mesa de diálogo pública por la paz. Sánchez era el último de los políticos en manos de la guerrilla y el gobierno contaba con su entrega para empezar las negociaciones con el último grupo armado del país y lograr así la anhelada “paz completa”, después del acuerdo ya celebrado con las Farc.

El excongresista se había intercambiado en abril del año pasado por su hermano Patrocinio Sánchez, que hacía dos años y nueve meses que estaba retenido en la selva colombiana por el ELN. Antes de su liberación, contó que jamás sufrió maltratos y que, por el contrario, no estuvo en malas condiciones ni fue amenazado en los diez meses que estuvo secuestrado.  “Nunca me apuntaron con un fusil. Tomé la decisión de intercambiarme por las condiciones físicas de mi hermano”, expresó.

Rodeado de al menos seis miembros del grupo, Sánchez respondió en un video si le guardaba rencor al ELN: “Ninguno. Ni yo, ni mi familia”, masculló el exparlamentario, completamente rígido, aunque segundos después afirmó que las heridas por el secuestro no se sanarán de un día para otro. 

El mensaje más fuerte del ELN lo envió el comandante Gerson, del Frente Occidental de Guerra: "Estamos cumpliendo con lo acordado y esperamos que se pueda visibilizar el departamento del Chocó y que se sepa que el país sigue estando en guerra".

Los miembros del ELN estaban reticentes a su entrega porque sostenían que toda la familia era corrupta. Esto, porque su hermano, ex gobernador del departamento, fue condenado a 18 meses por irregularidades en contratos de salud que firmó cuando fue alcalde del municipio de Quibdó. Odín, por su parte, también fue juzgado por la Corte Suprema por su presunta participación en la parapolítica.

Desde hace varios meses, el grupo demostró su voluntad para alcanzar la paz cuando soltó a otros dos secuestrados: un arrocero que estaba en Arauca, el 29 de septiembre del año pasado y al exalcalde de Charalá Fabio León Ardilla, el 30 de junio. El gobierno también hizo lo propio al excarcelar a Juan Carlos Cuelllar y Eduardo Martínez, dos gestores de paz del ELN y hoy indultó a Bernardo Tellez y Consuelo Tapias, detenidos por el delito de rebelión.

A pesar de los gestos de ambas partes, la guerrilla se atribuyó ayer el secuestro del soldado Freddy Moreno. Esta captura podría volver a repetir la historia porque los desencuentros por la liberación de Odín Sánchez ya frenaron una vez la apertura formal de las negociaciones.

"Es una preocupación nueva, desafortunada, que el ELN le aporta a este proceso de negociación, porque en vez de dar un gesto de paz y desescalamiento, es un gesto hostil", opinó Juan Camilo Restrepo, jefe negociador del gobierno con el ELN sobre la nueva captura.

En caso de que efectivamente inicien los diálogos, éstos se centrarán en la reclamada reforma rural y la participación política porque el grupo, que reúne cerca de 1500 miembros, se caracteriza por su profundo trabajo social. De hecho, muchos especialistas sostienen que que la gran diferencia entre las Farc y el ELN es que mientras la primera es esencialmente una guerrilla armada que además hace política, el ELN es un grupo político con armas.