Son mujeres, reafirma desde su título este trabajo comandado por Daniela Horovitz en las músicas y Oche Califa en las letras. Son canciones, también. Es un disco y es un fanzine, creación de Ana Laura Califa. Todo eso es este trabajo que pone en primer plano historias de vida de mujeres (imaginarias, pero que suenan tan reales), cada una en una canción que lleva su nombre. La parte musical del bello disco objeto será presentada hoy a las 20.30 en el Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543), junto a Hernán Reinaudo (encargado también de los arreglos y la dirección musical) y con invitados como Negro Falótico. 

Completan la invitación musical Soledad Maciel, Patricio Cotella, Néstor Tomassini, José Bale, Mariano Martos, Gemma Scala, Claudia Sereni, Analía Rosenberg y Víctor Simón, en una banda creada especialmente para este proyecto, que tuvo el impulso de una beca de apoyo a la creación artística del Fondo Nacional de las  Artes. Y que nació de otro primer impulso de Horovitz, cuentan en la charla con PáginaI12. “Yo tenía una idea, quería seguir uniendo música y literatura, como hice con mi disco de poesías musicalizadas (Entre las fieras y los lirios). Entonces me parecía que tenía que cantar en la Feria del Libro. Encontré en una revista literaria una entrevista a Oche, ahí me enteré que era el director de la Feria (risas), y de cara rota le escribí. Oche me dio una entrevista y terminamos pergeñando una idea: hacer un disco juntos, con sus poesías y mi música”, repasa Horovitz. 

Y así apareció una primera canción, “Teresa”, que salió con aires brasileros, y fueron llegando otras, entre el bolero, el son, el samba, algún tango, milonga, zamba, algo de  chamamé, candombe, y hasta una canción de cuna. Muchos de los temas están cruzados por un humor particular, sutil, desde las letras o desde lo musical. Como esa canción de cuna: como el nene no se duerme, se desata la salsa. “Todas son ‘aires’, desde luego. Porque lo que me propuse fue hacer canciones”, define la cantante y compositora, integrante de La Impertinente Señorita Orquesta. “Y eso es algo que agradecí, y que valoro del trabajo que hizo Daniela. Que haya logrado, simplemente, canciones”, agrega Califa, que además de publicar libros para grandes y para chicos se ha lucido ya en el trabajo de autor de canciones junto a compositores como Raúl Peña y Enrique Yapor. 

–¿Cómo una suerte de reivindicación de la canción?

Oche Califa:–Pueden pensarse así. Son canciones. Y eso es bueno. No hay ambiciones artísticas por fuera de eso. Cuando escribo estas cosas, las pienso como canciones. Y Daniela respetó esa idea, sin pretender otra cosa, con esa validez de las canciones de que a primera escucha, hay algo que llega. Y honrando al género, también con su dificultad, su historia, y sus grandes cumbres en la Argentina. Porque como en todas las artes hay modelos inalcanzables; uno pelea con las sombra de los grandes muertos. 

Daniela Horovitz: –De todos modos para mí es muy sorpresivo, siempre está el: a ver qué va a pasar... Y me gusta ese piletazo. En este proyecto tocan grandes músicos, no somos un grupo, aunque tenemos ensayos, nos vamos a ir encontrando en la presentación. La sorpresa de lo que vaya a pasar será para nosotros también.  

–Trabajaron de una forma inusual, reuniéndose expresamente para el proyecto…

D.H.: –¡Más como antes! Y con total alevosía… (risas). Solo que ahora, contando con las ventajas de, wasap, el mail o el teléfono. Siempre conversando mucho, con mucho ida y vuelta.

O. C.: –Tal cual, antes el mundo profesional de la letrística era así: nos juntamos tal día, en tal lugar, y hacemos tal tema. Lo he charlado con Hamlet Lima Quintana o Héctor Negro, me contaron cómo trabajaban. 

–El autor recita un poema en el disco. ¿Va a estar en la presentación?

D. H.:–Lo intentamos, pero se negó… 

O. C.: –A mí me toca poner la jeta en muchos lados, por una vez quiero disfrutar desde la butaca. Además, ¡no pienso arruinar el show con mi voz de bebé viejo, como decía Borges!