En la era de las fake news, una historia pergeñada por un par de comediantes rusos llegó hasta las más altas esferas del gobierno estadounidense y a las páginas de los diarios más importantes de ese país. La noticia en cuestión involucra al presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien se acusó de contar con cuentas en Suiza por millones de dólares en un banco ficticio llamado Limpopo. La información fue comunicada por el mismo encargado de negocios de Venezuela en Estados Unidos nombrado por Juan Guaidó, Carlos Vecchio, quien en su cuenta de Twitter denunció al “dictador” por tener el dinero en el exterior y habló de una supuesta investigación de la Asamblea Nacional al respecto. Sin embargo, todo estaba fundado en un engaño de los cómicos rusos conocidos como Vovan (Vladímir Kuznetsov) y Lexus (Alexéi Stoliarov), quienes se hicieron pasar por el presidente suizo Ueli Maurer en un llamado telefónico al representante especial de EEUU para Venezuela, Elliott Abrams. 

“Creo que todo debería estar congelado, absolutamente congelado, solo para asegurarse de que [los activos] permanezcan donde están”, respondió seguro Elliott Abrams, cuando creyó la historia de Vovan y Lexus, quienes se estaban haciendo pasar por Maurer. Los cómicos le habían acercado información caliente, aunque falsa, que endulzó sus oídos en medio de las presiones del país norteamericano para desestabilizar al gobierno de Maduro. Vovan y Lexus le pidieron a Abrams que les proporcionara una base legal para congelar los activos que supuestamente pertenecían al gobierno venezolano en las cuentas offshore que habían descubierto. 

Abrams calificó la información como “extremadamente útil” y, dejándose llevar por la emoción, reveló cuál es el plan de Estados Unidos en Venezuela: hacerles creer que intervendrán el país, cuando en realidad lo que buscan es “poner nerviosas a las Fuerzas Armadas de Venezula” y recurrir a las herramientas financieras para consolidar su crisis. “Creemos que sería un error táctico darles garantías de que las tropas estadounidenses no entrarán ahí. Pero en realidad estamos haciendo algo diferente. Estamos haciendo lo que ve. Presión financiera, presión económica, presión diplomática", afirmó Abrams en la conversación con quien creía que era el presidente suizo.

Los bromistas creyeron que la historia había terminado allí, pero al poco tiempo se comunicó con ellos Carlos Vecchio, nombrado por Juan Guaidó como el encargado de negocios de Venezuela en Estados Unidos. Dentro de la trampa, Vecchio preguntó si en los bancos del país alpino han podido encontrar alguna cuenta perteneciente a Nicolás Maduro. Los rusos siguieron con su parodia: le dijeron que el presidente venezolano esconde sus activos en el fondo Nurlan Baidilda Ltd, una fundación real, pero que fue elegida al azar. Es en ese momento que a los humoristas se les ocurre decir que las cuentas no podían ser bloqueadas, por lo que le piden a Vecchio filtrar esa información a la prensa para así crear un escándalo internacional.

 

Sin dudar y sin haber chequeado la información, Vecchio publicó la denuncia en su cuenta de Twitter. “Estamos llevando a cabo una investigación para recuperar los activos robados. Como resultado, tenemos buenas razones para creer que una gran parte de estos fondos se encuentra en el Fondo Nurlan Baidilda Ltd. en una cuenta que pertenece al dictador Nicolás Maduro”, escribió. Rápidamente los medios replicaron la noticia. “Maduro podría tener millones en la Fundación Baidilda, dice la oposición”, llegó a titular el Bloomberg. Allí, cuenta que la Asamblea Nacional encontró los activos “en una investigación que empezó el año pasado y que están tratando de recuperar esos fondos”, al citar los dichos de Vecchio. 

 

 

Tras el papelón, la edición web borró el primer título y aclaró que Vecchio había dicho que "no puede estar seguro de que la información proveída a Bloomberg es correcta". "Quizás el dinero no está ahí", manifestó el embajador paralelo en otra entrevista telefónica al asegurar que "hay que seguir probándolo". Nada dijo de Vovan y Lexus, sus verdaderas fuentes.

Los cómicos son muy conocidos en Rusia por realizar este tipo de bromas a importantes líderes políticos del mundo. En 2016, le tomaron el pelo al presidente de Ucrania, Petró Poroshenko. Ese mismo año, el blanco de los bromistas fue el actual mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, con el que se comunicaron tras el derribo del avión ruso. En 2017 llamaron a la entonces ministra de Defensa de España, María Dolores de Cospedal  en nombre de su homólogo de Letonia y aseguraron que el expresidente del Gobierno catalán, Carles Puigdemont, era un agente del Kremlin.