Empezó a imaginar Yo escribo. Vos dibujás (una coproducción de Zelaya con el Teatro Cervantes de Buenos Aires, Kunstenfestivaldesarts (Bruselas), Wiener Festwochen (Viena), Fitei (Porto) y Teatro do Bairro Alto (Lisboa) hace tres años. Los ensayos comenzaron en mayo del año pasado. “La forma de dirigir esta obra fue muy diferente a otras. A veces era llegar y estar embocando pelotas durante cuatro horas, todos jugando y en ese peloteo aparecieron cosas. Luego cada uno se ponía a hacer su rutina, el ajedrecista a jugar, el acróbata a hacer sus vueltas para atrás, el dibujante a dibujar. Me podía pasar ocho horas observando esas situaciones y viendo el material que surgía”, cuenta Federico León. “Para mí es fundamental no saber y estar abierto. Y en ese proceso el tiempo es fundamental: permite que muchas cosas se vayan decidiendo solas, vayan decantando. También que muchas otras que uno trabajó y ensayó meses finalmente no queden. Hay que poder desapegarse”, opina. No atarse a ideas fijas ni normas, estar flexible y abierto al cambio son ideas que sustentan su creación y también el funcionamiento de Zelaya, el espacio cultural que abrió hace un año en lo que hasta entonces era su casa en el Abasto. Un oasis en pleno centro, con jardín, árboles, flores y al fondo un estudio teatral, donde  suceden muchas cosas: espectáculos, talleres, clases, ensayos, funciones de cine, lecturas, música. “Zelaya puede ser muy intenso como el año pasado y también tener una modalidad de reposo, estar más abocado a ensayos o a clases. Es un espacio de experimentación más que un lugar donde se programan obras de teatro todo el tiempo”, asegura.