La búsqueda de coincidencias en el espacio teatral, donde lo distinto iguala, constituye uno de los pilares que guía la tercera edición del Festival internacional de teatro y discapacidad. Después de transitar por años el territorio del juego, el descubrirse y divertirse haciendo teatro, distintos artistas salen a escena con varias obras desde este viernes.

Virginia Lombardo, coordinadora y profesora en la Escuela de actuación Garzón/Lombardo, es la directora general de esta tercera edición que tendrá como sede el teatro El Tinglado, ubicado en Mario Bravo 948.

“A mí me convocó Pablo Silva, productor ejecutivo, y me propuso unir el teatro con la discapacidad y armar un festival. Este es el tercero y cada vez más la realidad supera las mejores fantasías. Fue un desafío que encaramos con mucho amor con la idea de armar un encuentro de personas que trabajaran con el arte y la discapacidad, y de artistas con algún tipo de discapacidad que se expresaran a partir del arte”, explicó Lombardo.

Hoy a las 17 se inaugura la edición 2019 con la exposición de una serie de ponencias que tienen como objetivo acercar a las personas que realizan actividades teatrales e intercambiar vivencias. Este año habrá siete expositores de ámbitos completamente distintos. Al cierre se realizará una breve presentación del espectáculo Mundo Difícil, dirigido por Darío Szraka y Rocío Pinella. Los tres días subsiguientes podrán verse las distintas funciones teatrales de los grupos convocados. Si bien la entrada es libre y gratuita y abierta a todo público, quien quiera podrá pagar un bono contribución para los artistas.

“El teatro es una actividad artístico-terapéutica, trabajamos con profesionales, psicólogos y musicoterapeutas. El teatro le hace bien a todo el mundo, pero, en este caso, se trata de una psicoterapia en grupo de pares que es maravillosa”, detalló Lombardo. 

Como objetivo general, el equipo de trabajo del festival se propuso unir a los artistas con alguna discapacidad que quisieran expresarse a partir del teatro, para nuclearlos, darles un espacio, un lugar y un público. 

Para Lombardo, quien vive esta nueva edición con especial entusiasmo, “no se trata de una expresión artística común. Es una lección de vida. Y en los tiempos que corren, hacer teatro es como un bálsamo, un rato donde uno puede jugar a ser otro, a ser todo lo que no se anima o no puede ser en la realidad. El teatro es un hecho grupal que crea vínculos muy intensos y en el que necesitamos de un otro para ser y actuar”. 

Entrevista: Josefina Frega.