Cuando estaba cursando los primeros años de la carrera de Artes en la Universidad de Westminster, Scarlet Page descubrió que tenía una pequeña obsesión con sus dibujos: pretendía que esos trazos en el papel retrataran lo más fielmente posible la realidad. Nada de expresión ni abstracción. La cosa tal cual ella la estaba viendo y nada más. Un poco más adelante, en ese mismo año en el que gracias al programa curricular de la universidad pudo ir probando diversos lenguajes artísticos, encontró en la fotografía una herramienta que encajaba perfectamente en esa particular necesidad de figuración absoluta. Corrían los años ‘90, y la hija de Jimmy Page y la modelo francesa Charlotte Martin iba definiendo una carrera que se convertiría en una síntesis de los dos mundos que heredó: el de la música y el de la imagen. Así fue que casi sin quererlo y porque la manzana, por más que lo intente, nunca cae demasiado lejos del árbol, la joven Page se transformó en fotógrafa de rock: “Mi plan no era dedicarme a esto específicamente, una cosa llevó a la otra: la familiaridad, la experiencia... Fue medio inevitable”, explica la artista, que llegó por primera vez a la Argentina para presentar su muestra Resonators, que inaugura hoy en FOLA (Godoy Cruz 2626).

Resonators es un proyecto que a Page le tomó varios años llevar adelante. Se trata de una ambiciosa serie de retratos de los más importantes guitarristas vivos con sus guitarras: 32 fotografías que resumen la historia del rock y que atraviesa todos los géneros guitarreros desde los años ‘60 hasta hoy. La novedad es que, para la exposición en Buenos Aires, la fotógrafa agregó a su pléyade de músicos un capítulo local. Así que al recorrido original, que cuenta con imágenes de personalidades que van desde Paul McCartney, Robert Fripp y Jimmy Page (¡por supuesto!) hasta Jack White y Serge Pizzorno, pasando por Chrissie Hynde, Paul Weller y Noel Gallagher, se le suman las flamantes fotos de Charly García, Juanse, David Lebón, Lucrecia López Sanz, Walter Giardino, Botafogo y Kubero Díaz.


Jorge Larrosa

“Podés decir que algo realmente resuena porque golpea, moviliza. Esa esencia que trato de capturar en estas personas es quizás aquello que los hace ser resonadores. Se trata de artistas que tienen un impacto muy grande en otra gente y lo que yo intenté hacer fue encontrar en los retratos esa cualidad resonadora escondida en cada uno de ellos”, adelanta. Esos “resonadores” a los que la fotógrafa hace referencia tan cariñosamente son, para el resto de los mortales, héroes del rock. Sin embargo, ese estrellato no parecería estar presente en esta colección de imágenes. Aquí, lo que se destaca son las miradas de los protagonistas, que se traducen en actitudes: fuertes, relajadas, pícaras, esquivas, profundas o divertidas. El modo en que estos personajes se reflejan a través de la lente de Page con sus guitarras como excusas (o como escudos) es natural, poco afectado, casi familiar. Como si la fotógrafa hubiera logrado despojar a cada uno de ellos de la pátina más inmediata y conocida para hacerlos resonar de otra manera.

Pero no todo fue tan simple en el camino de Resonators. Page cuenta que cuando decidió poner en marcha el proyecto, tuvo que hacer un trabajo de hormiga para poder dar con quienes eran considerados los guitarristas más influyentes de este tiempo e invitarlos a formar parte: “Fue una labor muy meticulosa para ver de qué manera podía contactar a toda esta gente. Tuve que recurrir a conocidos de conocidos, agencias de prensa... Me tomó mucho tiempo hasta que realmente comenzó a tomar forma, porque muchas veces ocurre que hasta que la cosa no va teniendo consistencia, hay quienes no se interesan en participar”, relata Page. Esta exhibición, que llega a la Argentina engordada por los músicos locales y diez fotografías de Page inéditas, nació como un proyecto a beneficio del Teenage Cancer Trust, luego tuvo la forma de un libro y, poco a poco, se convirtió para la fotógrafa en un desafío personal que parecería no tener fin: “Hubo quienes no quisieron o no pudieron participar en su momento, pero siempre hay tiempo de seguir agregando resonadores. Hay muchas personas que quizá no tuve en cuenta cuando empecé, especialmente mujeres, como Courtney Barnett o St. Vincent, a quienes me encantaría agregar, ya que hace cuatro años no estaban tan en el radar. Así que nada está cerrado aquí. Yo espero que esto siga creciendo. Y resonando”.