Un proyecto de concejales alineados con el Gobierno nacional encendió una polémica en la ciudad de Orán, en el norte de Salta. Ediles libertarios presentaron un proyecto de ordenanza que propone cambiar el nombre del barrio "Néstor Kirchner" por el de "Manuel Eduardo Arias", argumentando que el del expresidente “no representa los valores de la comunidad”.
Reina Montero, presidenta del barrio Néstor Kirchner, cuestionó la iniciativa e insistió en que existen otras prioridades de las que deberían ocuparse las y los ediles, como el tendido de cloacas, la necesidad de que se entreguen las escrituras y los servicios.
Montero es presidenta el centro vecinal del barrio desde el 2013. Fue una de las primeras en salir a enfrentar el proyecto de ordenanza y contó que se dieron con la novedad por Facebook. "Nadie nos avisó nada. Jamás me llamaron ni me mandaron una nota, nada. Así nos enteramos de que querían cambiar el nombre del barrio como si nada, como si no tuviéramos historia, como si no valiera lo que elegimos”, relató la dirigenta barrial en diálogo con Salta/12.
El proyecto fue impulsado por las concejalas Mirta Copes, Sabrina Gomila y Carolina Guantay y el concejal Carlos Suárez, este último presidente del Cuerpo Legislativo, quienes argumentaron que el nombre actual “no representa los valores de la comunidad”, sobre todo por las causas judiciales contra figuras del kirchnerismo.
La propuesta mereció una respuesta inmediata, Montero y los representantes de las doce manzanas del barrio se presentaron ayer en las puertas del recinto, dado que había sesión del Concejo, e ingresaron una nota formal expresando su rechazo. “Fuimos con documentación, con fotos, con todo el material que muestra cómo creció el barrio. Les mostré el antes y el después", relató la dirigenta, cuestionando que los concejales le devolvieron toda la documentación. "No querían ni recibir la nota. Una falta de respeto total”, denunció.
Según relató Montero, más de 500 familias viven actualmente en el barrio. El nombre “Néstor Kirchner” fue elegido por votación vecinal en 2011, cuando el asentamiento comenzaba a consolidarse. “Éramos un grupo de 30 o 40 personas. Se debatió, se votó. Y quedó ese nombre. Yo asumí como presidenta en 2013 y respeté esa decisión. Con el tiempo fuimos creciendo, gestionamos luz domiciliaria, alumbrado público, recolección de residuos, ingreso del colectivo. Pero todavía nos faltan cloacas, escrituras, un espacio verde para los chicos. Y los concejales vienen con esto. ¿No tienen otras prioridades?”, preguntó con molestia.
Además, señaló: "ningún político vino a preguntarnos qué necesitábamos cuando vivíamos a la intemperie. Ahora sí se acuerdan de nosotros, para hacer política con nuestro nombre”.
La reacción vecinal tuvo eco también en medios locales, donde se difundió la indignación por el modo unilateral en que fue planteado el proyecto. “Nos quieren robar la identidad que elegimos. Es una falta de respeto no solo para nosotros, sino para la historia del barrio”, sostuvo la referente.
"No conocen el barrio, no saben lo que vivimos"
La iniciativa sigue sin tratamiento formal, pero la comunidad se mantiene en estado de alerta. Consultados por Salta/12, los concejales impulsores del proyecto no respondieron los mensajes. No obstante, en declaraciones a La 10 Orán, Carlos Suárez aseguró ayer que “es una propuesta” y que el cambio “no traerá consecuencias a los vecinos”, intentando minimizar el impacto de una medida que ya generó rechazo en redes y en distintos sectores de la comunidad.
“Es una forma de adherirnos a esa resolución de la Justicia”, afirmó, haciendo alusión a causas judiciales vinculadas a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, pero sin aclarar a qué fallos se refería ni cómo estos justifican tal propuesta. Más allá de sus argumentos, Suárez admitió que los vecinos “tienen el derecho a venir y expresarse”, aunque la decisión parece estar ya encaminada desde la interna libertaria del Concejo.
Aún así, Montero advirtió que lo que hasta ahora fue una presentación pacífica, con delegados por manzana, podría escalar: “Hoy fuimos unos cuantos. La próxima vez, va a ir todo el barrio”. La presidenta también detalló los costos que implicaría un eventual cambio de nombre: “¿Quién se va a hacer cargo de los DNI nuevos? ¿De los trámites? Hay familias que tienen hijos en tratamiento médico, chicos en Gendarmería, papeles en ANSeS. Todo se vería afectado. Cambiar el nombre no le suma nada a nadie”.
Para ella, la iniciativa tiene un trasfondo político claro: “Dicen que no es revanchismo, pero nos están castigando por un nombre. No conocen el barrio, no saben lo que vivimos", expresó. "Lo único que pedimos es que nos respeten. Que si quieren hacer política, lo hagan gestionando cloacas, escrituras, una cancha. No con estas cosas que solo traen divisiones”, agregó.
El barrio Néstor Kirchner nació el 27 de abril de 2011. Desde entonces, se forjó con esfuerzo colectivo, y para Montero, cada mejora alcanzada fue fruto de la organización vecinal. “Todo lo que hicimos fue por nosotros mismos. Nunca recibimos nada de ningún diputado ni senador. Ahora vienen con esta jugada política y se equivocan con el barrio. No nos vamos a dejar”.
Es más, la presidenta instó a los ediles a que se ocupen de las necesidades reales que tienen las familias, y adelantó que elevará un pedido a los legisladores provinciales por Orán para que se agilice la entrega de las escrituras. Y cerró: "Yo también fui elegida. Tengo legitimidad. Si ellos se plantan, yo también me planto. Porque sé cuáles son nuestros derechos, y sé dónde ir a defenderlos”.