“Un buzo con capucha es como un par de zapatillas o un pijama: algo cómodo que te ponés sin pensarlo demasiado. A menos, claro, que seas un hombre negro. Porque, a los ojos de la sociedad, vestirte así te convierte en sinónimo de violencia, en un matón agresivo, en un delincuente. No te ven como un tipo que va al gimnasio después de un largo día de trabajo”. Palabras del diputado laborista David Lammy, de Gran Bretaña, uno de los 56 hombres afro que accedieron a posar vistiendo la mentada pilcha frente a la cámara del fotógrafo Cephas Williams para su serie 56 Black Men. Un proyecto que, bajo el lema “No soy mi estereotipo”, busca derribar la estigmatización racista que padecen los hombres negros ni bien se calzan la demonizada capucha. Para la ocasión, además del parlamentario, Williams convocó a abogados, empresarios, cirujanos, coreógrafos, pilotos, periodistas, chefs, maestros, arqueólogos, enlistando bajo cada captura los muchos logros profesionales de cada uno de los 56 varones. Un número, por cierto, que de ninguna manera es casual: refiere al porcentaje de hombres negros asesinos en 2018 en Londres, más de la mitad del total de víctimas, a pesar de representar solo el 13 % de la población de la urbe, según Sky News. “En los medios de comunicación, todos hablan de la cultura de las pandillas, pero esa no es la realidad de la mayoría de nuestra comunidad. ¿Te imaginás cómo incide esa imagen negativa en los chicos jóvenes, que constantemente ven cómo los diarios y la tevé los muestran bajo una luz negativa?”, reflexiona Williams que, hasta la coronilla de los perennes prejuicios, ha decidido poner manos en la masa visual.